Cristo en Su Santuario

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Un templo de esplendor inigualado

De una belleza insuperable y esplendor sin rival era el palacio que Salomón y quienes lo ayudaban erigieron para Dios y su culto. Adornado con piedras preciosas, rodeado por atrios espaciosos y recintos magníficos, forrado de cedro esculpido y de oro bruñido, la estructura del templo, con sus cortinas bordadas y muebles preciosos, era un emblema adecuado de la iglesia viva de Dios en la Tierra, que a través de los siglos ha estado formándose de acuerdo con el modelo divino con materiales comparados a “oro, plata, piedras preciosas”, “labradas como las de un palacio”. 1 Corintios 3:12; Salmos 144:12.—La Historia de Profetas y Reyes, 25, 26. CES 43.1

Así fue construído el más espléndido Santuario, de acuerdo con el modelo que se le mostró a Moisés en el monte, y presentado luego por el Señor a David. Además de los querubines que estaban en la cubierta del arca, Salomón hizo otros dos ángeles de mayor tamaño, situados a ambos extremos del arca, que representaban a los ángeles celestiales que guardan la ley de Dios. Es imposible describir la belleza y el esplendor de ese Santuario. Dentro de este lugar, con solemne reverencia, fue transportada el arca por los sacerdotes y se la colocó en su lugar, debajo de las alas de los dos imponentes querubines que estaban de pie en el suelo. CES 43.2