Cristo en Su Santuario

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El carácter sagrado de la ley de Dios

El sacrificio exigido por su transgresión reveló a Adán y a Eva el carácter sagrado de la ley de Dios; y vieron, como nunca antes, la culpa del pecado y sus horrorosos resultados.—Ibíd. 52. CES 23.1

La ley de Dios existía antes que el hombre fuera creado. Los ángeles eran gobernados por ella. Satanás cayó porque transgredió los principios del gobierno de Dios. Después que Adán y Eva fueron creados, Dios les hizo conocer su ley. Esta no estaba escrita entonces, pero les fue repetida por Jehová... CES 23.2

Después del pecado y la caída de Adán, nada fue eliminado de la ley de Dios. Los principios de los Diez Mandamientos existían antes de la caída, y eran de una naturaleza que se ajustaban a la condición de un orden de seres santos.—The Spirit of Prophecy 1:261. CES 23.3

Esos principios fueron formulados al hombre más explícitamente después de la caída, y enunciados para satisfacer las necesidades de seres inteligentes caídos. Esto fue necesario a causa de que la mente del hombre había sido cegada por la transgresión.—The Signs of the Times, 15 de abril de 1875. CES 23.4

Entonces se estableció un sistema que requería el sacrificio de animales, con el fin de mantener delante del hombre caído lo que la serpiente había hecho que Eva no creyera: que la paga de la desobediencia es la muerte. La transgresión de la ley de Dios hizo necesario que Cristo muriese como sacrificio, para así proporcionar al hombre una vía de escape de su castigo y al mismo tiempo preservar el honor de la ley de Dios. El sistema de sacrificios debía enseñar humildad al hombre, en vista de su condición caída, y conducirlo al arrepentimiento y a confiar sólo en Dios, por medio del Redentor prometido, para obtener el perdón por las pasadas transgresiones de su ley.—The Spirit of Prophecy 1:261, 262. CES 23.5

El sistema de sacrificios fue trazado por Cristo mismo, y dado a Adán para que tipificara al Salvador que habría de venir.—The Signs of the Times, 15 de julio de 1880. CES 23.6