A Fin de Conocerle

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Evidencias de la grandeza de Dios, 20 de mayo

Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. Salmos 92:4, 5. AFC64 148.1

El paisaje por donde pasamos* era demasiado majestuoso, demasiado impresionante, para presentar una descripción que pueda compararse con el panorama como era realmente. Las murallas almenadas de rocas, las paredes rocosas desgastadas por el tiempo que han resistido desde el diluvio, erosionadas por los torrentes de las montañas, resaltan lisas como si las hubieran pulido, mientras que otras rocas diferentes de ellas en forma se ven en capas regulares, como si un artista las hubiera dispuesto. Aquí ... contemplamos el panorama más interesante y grandioso que nuestros ojos jamás hayan visto. Las rocas se levantan desde la tierra, más y más altas, y de ellas surgen bellos pinos de colores oscuros entremezclados con el más claro y bellísimo verde viviente de los arces y hayas. ... Tal grandeza natural, tal panorama solemne nos llevan hasta el período cuando las aguas dominaron los puntos más altos de la tierra y los incrédulos antediluvianos perecieron en las aguas del diluvio por su gran impiedad. AFC64 148.2

Al contemplar ... las rocas de toda forma concebible, decimos: “Cuán maravillosas son, oh Señor, tus obras en toda la tierra”. Los suavizantes y subyugantes matices trazados por el lápiz del Artista supremo en la bella disposición de los adornos de oscuro y viviente verde, ¡esa bella combinación de colores que cubren las rugosas rocas seculares! ¡Luego los profundos desfiladeros, los bulliciosos y rápidos arroyuelos y las majestuosas montañas recubiertas con árboles de la foresta en su bello atavío estival! AFC64 148.3

El paisaje es grandioso al extremo, y presenta a los sentidos elevadas, santas, vigorosas y sagradas ideas de Dios nuestro Hacedor. ¡Y luego el pensamiento de que podemos llamarlo Padre!—Manuscrito 56, 1886. AFC64 148.4