A Fin de Conocerle

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A fin de conocerle

Prefacio

Los que están familiarizados con los escritos de Elena G. de White, y han venido atesorando los libros de su pluma empleados en los cultos matutinos, darán la bienvenida a este nuevo libro emanado de la misma rica fuente. Será particularmente apreciado porque consiste mayormente de material que de otra manera no estaría al alcance de la mayoría de los lectores. Sólo unas pocas páginas duplican lo que ya se encuentra en los libros corrientes de Elena G. de White. Más de la mitad del libro se ha tomado de la riqueza de material inspirado en los artículos de ella que aparecieron durante su larga vida, en revistas tales como Review and Herald, Youth’s Instructor y Signs of the Times. Aproximadamente una tercera parte se ha extraído de cartas y manuscritos inéditos, que están bajo la custodia de los fideicomisarios de los escritos de Elena G. de White, bajo cuya dirección se ha preparado este libro. Mucho de ese material inédito proviene de mensajes personales, enviados de corazón a corazón a ciertas personas: mensajes que nos llegan hoy con la misma ferviente exhortación, la misma tierna admonición y ánimo que cuando fueron escritos. Hay varias páginas de interés especial que contienen extractos del diario de la Hna. White, y dan al lector interesantes atisbos de su vida personal de oración. AFC64 6.1

A fin de colocar cada lectura dentro de los límites de una página, ha sido necesario recurrir a supresiones que se han indicado debidamente. Se ha tenido mucho cuidado de preservar sin distorsiones el pensamiento y el propósito de la autora. Debe notarse que cuando hay lineas de un himno o un poema, fueron citadas por la misma Hna. White. Los versículos de memoria han sido elegidos para armonizar con el mensaje de cada día. AFC64 6.2

Damos a la estampa “A Fin de Conocerle” con nuestra esperanza y nuestra oración de que realmente ayude a sus lectores a conocer mejor a nuestro Señor y Salvador, a tener un aprecio más profundo por su admirable sacrificio en favor de la humanidad perdida, a ganar una visión más clara de la belleza y perfección de su carácter y a entender mejor las alturas que podemos alcanzar en el desarrollo de nuestro propio carácter, a medida que revestidos en el manto de la justicia de Cristo, nos esforzamos por llegar a ser completos en nuestro Redentor. AFC64 7.1

Los fideicomisarios de los escritos de Elena G. de White, Washington, D. C., EE. UU.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús ... A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. Filipenses 3:7-11.

Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3.

Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz. Job 22:21.

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Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Deberíamos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Y mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuidos de su Espíritu.—El Deseado de Todas las Gentes, 63.