El Colportor Evangélico

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Cada uno tiene su debido lugar

Pero aun cuando la obra de la salud tiene su lugar en la promulgación del mensaje del tercer ángel, sus abogados no deben de ninguna manera luchar para hacerle tomar el lugar del mensaje. Los libros de salud deben ocupar su debida posición, pero la circulación de estos libros es solamente uno de los muchos ramos de labor en la gran obra que ha de hacerse. Las ardientes impresiones dadas a veces al colportor con respecto a los libros de salud, no tienen que determinar que se excluyan del campo otros libros importantes que deben ir a manos de la gente. Los que están encargados de la obra del colportaje deben ser hombres que puedan discernir la relación de cada parte de la obra con el gran conjunto. Concedan ellos la atención debida a la circulación de los libros de salud, pero no hagan esta línea de trabajo tan prominente que desvíe a los hombres de otros ramos de vital interés, excluyendo así los libros que tienen el especial mensaje de la verdad para el mundo. CE 141.4

Se necesita tanta educación para trabajar con los libros religiosos como para trabajar con los que tratan de la cuestión de la salud y la temperancia. Debe decirse tanto sobre la obra de colportar con libros que contienen alimento espiritual—debe hacerse tanto esfuerzo para animar y educar a obreros que hagan circular los libros que contienen el mensaje del tercer ángel—, como lo que se dice y se hace para desarrollar a obreros que trabajen con los libros de salud. CE 142.1

Se complementan mutuamente—Una clase de libros siempre hará un lugar para la otra. Ambas son esenciales, y ambas deben ocupar el campo al mismo tiempo. Se complementan mutuamente, y ninguna de las dos puede tomar el lugar de la otra. Ambas tratan de temas del más alto valor, y ambas deben desempeñar su parte en la preparación del pueblo de Dios para estos últimos días. Ambas deben aparecer como la verdad presente para iluminar, despertar, convencer. Ambas deben combinarse en la obra de santificar y purificar a las iglesias que están esperando la venida del Hijo de Dios en poder y gran gloria. CE 142.2

Que cada publicador y agente general [director de colportaje] trabaje entusiastamente para animar a los agentes [colportores] que están ahora en el campo, para reclutar y educar a nuevos obreros. Que cada uno fortalezca y edifique la obra tanto como sea posible sin debilitar el trabajo de los demás. Que todo se haga con amor fraternal y sin egoísmo.—Testimonios para la Iglesia 6:327, 328 (1900). CE 143.1