El Colportor Evangélico

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Por medio de la oración y el canto

La obra del colportor evangélico, cuyo corazón está saturado por el Espíritu Santo, está repleta de admirables posibilidades para hacer el bien. La presentación de la verdad hecha con amor y sencillez, de casa en casa, está en armonía con la instrucción que Cristo dio a sus discípulos cuando los envió en su primer viaje misionero. Muchos serán alcanzados por medio de cantos de alabanza y oraciones humildes y sinceras. El Obrero divino estará siempre presente para poner convicción en los corazones. “Estoy siempre con vosotros” es la promesa que nos ha hecho. Con la seguridad de la presencia permanente de un ayudador como él, podemos trabajar con fe, esperanza y valor.—Testimonios para la Iglesia 9:28 (1909). CE 86.1