El Colportor Evangélico

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Regularidad y prontitud

Dios no tiene lugar para los perezosos en su causa; él quiere obreros reflexivos, bondadosos, afectuosos y fervientes... Las personas que no hayan adquirido hábitos de estricta laboriosidad y economía de tiempo, deben tener reglas fijas para impulsarlas a la regularidad y prontitud.—Obreros Evangélicos, 294 (1880). CE 80.2