El Colportor Evangélico

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El cultivo de la mente y del corazón

Se necesitan jóvenes que sean hombres de entendimiento, que aprecien las facultades intelectuales que Dios les ha dado, y que las cultiven con el mayor cuidado. El ejercicio engrandece estas facultades y, si no se descuida el cultivo del corazón, el carácter resultará equilibrado. Los medios para lograr el mejoramiento están al alcance de todos. Entonces, que ninguno defraude al Maestro cuando él venga buscando fruto y se le presenten sólo hojas. Una determinación firme, santificada por la gracia de Cristo, hará maravillas.—Testimonios para la Iglesia 5:380 (1885). CE 59.1

Sean los colportores estudiantes fieles, que aprendan a dar éxito a su trabajo. Mientras están así empleados, mantengan sus ojos, oídos y entendimientos abiertos para recibir sabiduría de Dios, con el fin de saber ayudar a los que perecen por falta del conocimiento de Cristo. Concentre cada obrero sus energías, y use sus facultades para el servicio más elevado, que consiste en rescatar a los hombres de las trampas de Satanás y vincularlos con Dios, asegurando la cadena de su dependencia por medio de Jesucristo, el amarre, al trono circuido por el arco iris de la promesa.—Joyas de los Testimonios 2:555 (1900). CE 59.2