El Colportor Evangélico

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Hombres de buen trato, tacto y previsión

Se necesitan misioneros por doquiera. Por todas partes del campo de labor deben seleccionarse colportores, no del elemento fluctuante de la sociedad, no de entre los hombres y las mujeres que no son buenos para ninguna otra cosa ni han tenido éxito en nada, sino de entre los que tengan buen trato, tacto, aguda previsión y capacidad. Tales son las personas que se necesitan para que sean colportores y asistentes de éxito. Hombres adecuados para esta labor la emprenderán, pero algunos pastores faltos de visión los adularán diciéndoles que sus dones deben ser empleados en un púlpito y no en la simple obra del colportaje. Así esta obra es disminuida. Son influidos a obtener una credencial para predicar, y precisamente las personas que podrían haber sido preparadas para ser buenos misioneros y para visitar a las familias en sus hogares y hablar y orar con ellas, son llamadas para ser ministros deficientes, y el campo donde se necesita mucha labor y donde puede realizarse tanto bien para la causa es descuidado. El colportor eficiente, así como el ministro, debe tener una remuneración suficiente por sus servicios si su obra es hecha con fidelidad.—Testimonios para la Iglesia 4:389, 390 (1880). CE 29.2