El Colportor Evangélico

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Influencia de una vida cristiana consecuente

La vida consecuente, la sufrida prudencia, el ánimo impasible bajo la provocación, son siempre los argumentos más decisivos y los más solemnes llamamientos. Si han tenido oportunidades y ventajas que otros no tuvieron, ténganlo bien en cuenta, y sean siempre maestros sabios, esmerados y benévolos. CE 212.1

Para que el sello deje en la cera una impresión clara y destacada, no lo aplican precipitadamente y con violencia, sino que con mucho cuidado lo ponen sobre la cera blanda, y pausadamente y con firmeza lo oprimen hasta que la cera se endurece. Así también traten con los seres humanos. El secreto del poder que tiene la influencia cristiana consiste en que ella es ejercida de continuo, y ello depende de la firmeza con que manifiesten el carácter de Cristo. Ayuden a los que han errado, hablándoles de lo que ustedes han experimentado. Muéstrenles cómo, cuando ustedes también cometieron faltas graves, la paciencia, la bondad y la ayuda de vuestros compañeros de trabajo les infundieron aliento y esperanza. CE 212.2

Hasta el día del juicio no conocerán la influencia de un trato bondadoso y respetuoso para con el débil, el irrazonable y el indigno. Cuando tropezamos con la ingratitud y la traición de los cometidos sagrados, nos sentimos impulsados a manifestar desprecio e indignación. Esto es lo que espera el culpable, y se prepara para ello. Pero la prudencia bondadosa le sorprende, y suele despertar sus mejores impulsos y el deseo de llevar una vida más noble. CE 212.3

“Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”. Gálatas 6:1, 2. CE 213.1

Todos los que profesan ser hijos de Dios deben recordar que, como misioneros, tendrán que tratar con toda clase de personas: refinadas y toscas, humildes y soberbias, religiosas y escépticas, educadas e ignorantes, ricas y pobres. No es posible tratar a todas estas mentalidades del mismo modo; y no obstante, todas necesitan bondad y simpatía. Mediante el trato mutuo, nuestro intelecto debe recibir pulimento y refinamiento. Dependemos unos de otros, unidos como estamos por los vínculos de la fraternidad humana. CE 213.2

“Habiéndonos formado el cielo para depender unos de otros, el amo, el siervo o el amigo, uno a otro se piden ayuda, hasta que la flaqueza de uno resulta en la fuerza de todos”. CE 213.3

Por medio de las relaciones sociales el cristianismo se revela al mundo. Todo hombre y mujer que ha recibido la divina iluminación debe arrojar luz sobre el tenebroso sendero de quienes no conocen el mejor camino. La influencia social, santificada por el Espíritu de Cristo, debe servir para llevar a las personas al Salvador. Cristo no debe permanecer oculto en el corazón como tesoro codiciado, sagrado y dulce, para que de él sólo goce su dueño. Cristo debe ser en nosotros una fuente de agua que brote para vida eterna y refrigere a todos los que se relacionen con nosotros. CE 213.4