El Colportor Evangélico

247/269

No hablar mal

Si comprendemos la longanimidad de Dios para con nosotros, nunca juzgaremos ni acusaremos a nadie. Cuando Cristo vivía en la Tierra, ¡cuán sorprendidos hubieran quedado quienes con él vivían si, después de haberle conocido, le hubieran oído decir una palabra de acusación, de censura o de impaciencia! No olvidemos nunca que los que le aman deben imitar su carácter. CE 206.2

“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros”. “No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición”. Romanos 12:10; 1 Pedro 3:9. CE 206.3