El Colportor Evangélico

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Atalayas y mensajeros

Ha llegado el tiempo en que los colportores deben hacer una gran obra. El mundo está dormido y, como atalayas, ellos han de hacer repercutir la amonestación para despertar a los que duermen con el fin de que conozcan su peligro. Las iglesias no conocen el tiempo de su visitación. Con frecuencia, la mejor manera en que pueden aprender la verdad es por medio de los esfuerzos del colportor. Los que salen en nombre del Señor son sus mensajeros para dar a las multitudes que están en las tinieblas y el error las gratas nuevas de la salvación en Cristo en obediencia a la ley de Dios.—Joyas de los Testimonios 2:534 (1900). CE 11.2