Elena G. de White en Europa

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Grimsby, asiento de la sede adventista

Al día siguiente del arribo de la Sra. de White, ella y su comitiva, junto con M. C. Wilcox, tomaron el tren para Grimsby, donde está ubicada desde 1884 la sede de la misión y de la obra de publicaciones. EGWE 44.1

Cuando llegó a la oficina de la misión en la calle 72 Heneage Road, la Sra de White se encontró con Alfredo Mason y su esposa Inés, el evangelista Sands H. Lane y su esposa Parmelia, y Juanita Thayer. Eran todos norteamericanos que habían ido a colaborar con la Misión Británica.* EGWE 44.2

Según Guillermo White, Grimsby tenía 30.000 habitantes, y era “el puerto pesquero más grande de Inglaterra”. “Un lugar extraño para imprimir nuestro periódico; sin embargo, hemos estado despachando más de 9.000 ejemplares por mes” (Carta de Guillermo C. White, 18 de septiembre de 1885). EGWE 44.3

La Sra. de White recuerda a Grimsby como “un lugar muy grande”, aunque no lo suficiente “como para llamarlo ciudad, porque no tenía una gran catedral”. Carta 22, 1885. Pero allí inició ella sus conferencias públicas que luego presentó ante muchos auditorios, grandes y pequeños, en ocho países europeos. EGWE 44.4

El viernes de tarde, una lluvia torrencial amenazó con disminuir considerablemente el número de asistentes, pero 170 personas desafiaron las inclemencias del tiempo para escuchar la conferencia de Elena G. de White titulada: “Temperancia Cristiana”, uno de sus temas favoritos. Al concluir su disertación recibió un entusiasta aplauso. EGWE 45.1

A las diez y media de la mañana siguiente fue a la pequeña iglesia de Grimsby para predicar su primer sermón sabático. Había unas 35 personas presentes, incluyendo las diez que viajaron desde Hull y Ulceby. A. A. John * llegó de Gales, donde venía proclamando el mensaje desde el comienzo del verano. EGWE 45.2

En el sermón que predicó aquel sábado de mañana, la mensajera del Señor compartió algunas experiencias de los primeros tiempos de la causa. Habló de los sacrificios que se hicieron y de la responsabilidad que recayó sobre cada uno de los miembros para sacrificarse más aún a fin de llevar la “verdad presente” a otros. Luego aseguró a la pequeña congregación que llegaría el tiempo cuando muchos abrazarían la verdad en el Reino Unido. EGWE 45.3

“Muchos rostros estaban bañados en lágrimas” aquel sábado de mañana, escribió la Sra. de White en su diario. Después de la reunión le presentaron a todos los miembros de la congregación en forma individual, y los que venían de Hull y Ulceby le suplicaron que fuera a predicar también en sus distritos. EGWE 45.4

Por la tarde se celebró la escuela sabática. La Sra. de White habló durante treinta minutos, y luego tomaron otros la palabra en una reunión de testimonios, o “social”, como se las llamaba. EGWE 45.5

Al escuchar el relato de los conmovedores incidentes acaecidos a los nuevos creyentes, dijo que no podía evitar el pensamiento de cuán semejante es la experiencia de todos los verdaderos seguidores de Cristo. No hay más que ‘un Señor, una fe, un bautismo’”. Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 462. La iglesia de Inglaterra y la de su país eran una: Una en pruebas y en sacrificios. EGWE 46.1

El domingo de mañana volvió a predicar, basándose en el texto de Apocalipsis 3:15: “Yo conozco tus obras”. Esa tarde, el 23 de agosto, se consiguió el Town Hall, la sala más grande disponible, para realizar una reunión pública. EGWE 46.2

Se calcula que hubo 1.200 personas presentes; todos los asientos estaban ocupados y las personas de pie llenaban los pasillos. Un coro de 55 voces, el “Grimsby United Temperance Prize Choir”, que había obtenido el segundo premio en el Palacio de Cristal de Londres el año anterior, se ofreció para presentar las partes musicales. Presentó siete Números: tres al comienzo, dos antes de finalizar y dos después de la oración final. EGWE 46.3

El auditorio escuchó con profunda atención mientras Elena G. de White habló del amor de Dios revelado en la naturaleza. Atrajo a sus oyentes con el espíritu del verdadero evangelista. Más tarde declaró: EGWE 46.4

“Cuando reflexioné que hasta el gran día final no volvería a encontrarme con todos los que estaban allí reunidos, traté de presentarles las preciosas cosas de Dios en forma tal que sus mentes se elevaran de la tierra al cielo. Pero tan sólo pude advertirles, suplicarles, y mostrarles a Jesús como el centro de atracción, y un cielo de bienaventuranza como la eterna recompensa del creyente”.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 162, 163. EGWE 46.5

Jesucristo fue la figura central de todas las predicaciones de la Sra. de White, tanto en su país como en el extranjero. Ella estaba en condiciones de decir: EGWE 46.6

“Cristo Jesús lo es todo para nosotros: El primero, el último, el mejor en todas las cosas. Jesucristo, su espíritu y su carácter, da color a todas las cosas; es la trama y la urdimbre, es el tejido mismo de nuestro ser entero”.—Testimonios para los Ministros, 395. EGWE 47.1

El discurso se publicó el viernes siguiente en el periódico Grimsby News (Noticias de Grimsby). EGWE 47.2