Elena G. de White en Europa

12/217

Los europeos inician la obra en Europa

Pero la obra de los adventistas del séptimo día ya había comenzado en Europa algunos años antes que Andrews apareciera allí. Jaime Erzberger y Alberto Vuilleumier, ambos de nacionalidad Suiza, predicaron el mensaje adventista antes de la llegada del pastor y pionero norteamericano. El humilde instrumento que actuó en su conversión fue M. B. Czechowski, un adventista polaco que en otra época había sido sacerdote católico. EGWE 36.1

La llegada de Andrews fue significativa pues con ella se inició un largo período de fructíferos esfuerzos de cooperación entre los adventistas de los dos continentes. EGWE 36.2

Norteamérica envió uno de sus mejores hombres para pelear la batalla en Europa al comienzo de la proclamación del mensaje. Andrews había sido presidente de la Asociación General y director de la Review. Un año antes de la llegada de la Sra. de White a Basilea, Suiza, en 1885, Jorge I. Butler, que era entonces presidente de la Asociación General, asistió al concilio europeo y pasó algún tiempo en las oficinas de la Asociación Suiza en Basilea. Dedicó sus mejores esfuerzos a preparar el camino para la visita de la Sra. de White. Dio consejos prácticos para la organización de la iglesia y ayudó a planear el edificio de la primera institución adventista en Europa, la casa editora de Basilea, llamada Imprimérie Polyglotte. Esteban Haskell y J. N. Loughborough también precedieron a la Sra. de White. La mayor contribución de estos dos hombres fue la decidida obra de evangelización que realizaron en Gran Bretaña. Y ahora aparecía en el escenario la figura más destacada de la Iglesia Adventista: Elena G. de White. Butler se quedó tan sólo un corto tiempo en Europa. La estada de la Sra. de White iba a extenderse por dos años. EGWE 36.3

Los creyentes europeos dieron la bienvenida a los visitantes, a sus esfuerzos y a la ayuda económica que aportaron. Este plan viable, inspirado por el Cielo, impartió vitalidad y fuerza a la iglesia naciente que se desarrollaba en un mundo conservador, donde las costumbres religiosas y las actitudes sociales estaban profundamente arraigadas en la vida del pueblo. EGWE 37.1

La obra en Europa comenzó unas tres décadas antes de la visita de Elena G. de White en 1885. Esos treinta años estuvieron marcados por la misma búsqueda de la verdad, el mismo espíritu de evangelización y pasión por las almas, y el mismo sacrificio y pobreza que existieron en los comienzos de la iglesia en los Estados Unidos. EGWE 37.2