A Fin de Conocerle

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Luz para un mundo en tinieblas, 3 de diciembre

Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Isaías 60:2, 3. AFC 341.4

Las tinieblas cubren la tierra y la oscuridad a los pueblos, y cuán ardientemente deberíamos desear la presencia del Instructor divino para que nos guíe en el camino de la verdad y la justicia. Dios ha hablado a los hombres en diversas oportunidades, en distintos lugares y en varias formas, y sin embargo la ignorancia del mundo aumenta. Necesitamos hablar con más decisión acerca de la verdad, para llevar al hombre el conocimiento de Dios. La distinción entre los cristianos y los mundanos debe ser más evidente. La Biblia debe ser el libro de más prominencia entre nosotros, y el investigador atento y diligente debe buscar laboriosamente los tesoros escondidos. Las máximas de los hombres, los dogmas del error, aunque sean expuestos por los que profesan ser intérpretes de la Palabra de Dios, deben descartarse, porque han sido inventados para ocultar la verdad, y para mistificar la importancia espiritual del evangelio sagrado. Los que buscan el tesoro escondido lo hallarán... AFC 341.5

Los judíos se alejaron del Señor Jesús, a quien los profetas anunciaron como el Mesías venidero, y no han podido ver hasta el fin de lo que ha sido abolido. Al invalidar la ley de Dios, al alejarse de la verdad con aversión, el mundo cristiano se ha alejado de Cristo, y ha hecho evidente el hecho de que no estaba acostumbrado a contemplar la verdad de origen divino. La oscuridad se ha tornado semejante a un palio funerario que cubre toda la tierra... AFC 342.1

Los que esperan el advenimiento de nuestro Señor y Salvador no pueden mezclarse con los que son más amadores de los placeres que amadores de Dios, que buscan diversión y juegos y fiestas. Como fieles vigías deben proclamar la advertencia: “La mañana viene, y después la noche”. Isaías 21:12.—Carta 84, 1895. AFC 342.2