Cartas a Jóvenes Enamorados

12/31

Lo que un joven debiera considerar al buscar una esposa

Busque el joven como compañera que esté siempre a su lado, a quien sea capaz de asumir su parte de las responsabilidades de la vida, y cuya influencia le ennoblezca, le comunique mayor refinamiento y le haga feliz en su amor.4.El Ministerio de Curación, 277. CJE 20.2

“De Jehová [es] la mujer prudente”. “El corazón de su marido está en ella confiado”. “Le da ella bien y no mal todos los días de su vida”. “Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba; muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas”. “El que halla esposa, halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”. Proverbios 19:14; 31:11, 12, 26-29;. 18:22. CJE 20.3

Rodolfo era hijo de un destacado pastor europeo. La señorita con la cual él quería casarse no estaba segura de si lo amaba, pero él la urgía a comprometerse con él. CJE 20.4

Había otros problemas que indicaban que ella no estaba preparada para asumir las responsabilidades de la vida matrimonial, ya fuera por razones de temperamento o educación. Elena G. de White le hizo algunas preguntas a Rodolfo, que debieran ser contestadas por cada joven que está trazando planes de matrimonio. CJE 20.5

Great Brimsby, Inglaterra

Septiembre 23, 1886

Estimado Rodolfo,

Mientras estuve en Basilea conversé un poco con Edith en cuanto a las atenciones que tú le brindas. Le pregunté si estaba plenamente segura de que te amaba lo suficiente como para unir sus intereses con los tuyos de por vida. Me contestó que no se sentía plenamente decidida en relación a este punto. Le dije que ella debería saber qué pasos eran los que estaba dando; que no debiera estimular las atenciones de ningún joven, mostrándole preferencia, a menos que lo ame. CJE 21.1

Ella dijo claramente que no sabe si te ama, pero que pensó que si se comprometía contigo llegarían a familiarizarse. Pero como se han dado las cosas, ustedes no han tenido la oportunidad de llegar a conocerse. CJE 21.2

Yo tenía razón al pensar que a ella no le gustan las tareas domésticas, y que tú debieras tener una esposa con la que puedas formar un hogar feliz. Le pregunté si tenía alguna experiencia en los deberes propios del hogar. Me contestó que había realizado tareas domésticas en el hogar de la familia de su padre. Le hice estas preguntas porque se me reveló su carácter y su necesidad de una educación especial en los deberes prácticos de la vida; y que no tiene gusto ni inclinación por estas cosas. CJE 21.3

Me dijo que no había decidido nada, que tú eres muy insistente y que la amas, pero que ella no podía decir lo mismo, aunque eres muy amable y atento. Le dije, “entonces recapacita, no le permitas seguir adelante”. CJE 21.4

Le dije que debía pensar en cuál sería el objeto de casarse contigo; si por un paso tal ambos glorificarían a Dios; si llegarían a ser más espirituales; y si sus vidas serían más útiles. Los matrimonios planeados en forma egoísta e impulsiva, generalmente no terminan bien, sino que a menudo se transforman en miserables fracasos. CJE 21.5

Ahora bien, Rodolfo, yo no pretendo que sea de mi competencia decirte que no te cases con Edith; pero sí puedo decir que tengo interés en ti. Estas son las cosas que debieran tomarse en cuenta: la persona con quien te cases, ¿traerá felicidad a tu hogar? ¿Es Edith ahorrativa? y si se casara, ¿gastaría no solamente todo lo que ella gana sino también todo lo tuyo para satisfacer su vanidad, su amor a la apariencia? ¿Son sus principios en este aspecto correctos? CJE 21.6

No creo que Edith sepa lo que es la abnegación. Si se le presentara la oportunidad, encontraría formas de gastar más medios de los que gana. En el caso de ella, las gratificaciones egoístas nunca han sido vencidas, y este egoísmo natural ha llegado a ser parte de su vida. Lo que ella desea es una vida fácil y placentera. CJE 22.1

Debo hablar con claridad. Yo sé, Rodolfo, que si te casaras con ella, harían pareja, pero no armonizarían. Habría una deficiencia en la que sería tu esposa. Y en lo relacionado a la devoción y a la piedad cristianas, éstas nunca pueden crecer donde un egoísmo tan grande está en posesión del alma. CJE 22.2

Te escribo, Rodolfo, exactamente como lo haría a mi hijo. Delante de nosotros se extiende una obra grande y noble, y la parte que desempeñaremos en este mundo depende enteramente de nuestros blancos y propósitos en la vida. Podríamos estar siguiendo un impulso. Tú tienes las cualidades necesarias para hacer de ti un hombre útil, pero si sigues tu inclinación, esta fuerte corriente voluntariosa te arrastrará. Colócate una norma elevada, y trata fervorosamente de alcanzarla. CJE 22.3

Que sea el propósito gobernante de tu corazón crecer hasta llegar a ser un hombre completo en Cristo Jesús. En Cristo puedes actuar con valor; pero sin Cristo no podrás hacer nada bien hecho. Tú tienes determinación para lograr lo que te propones. Este no es un rasgo objetable en tu carácter si es que todas tus facultades están entregadas a Dios. Por favor, ten en mente que no tienes la libertad de disponer de ti mismo de acuerdo con lo que tu fantasía te dicte. Cristo te ha comprado a un precio infinito. Le perteneces a él, y en todos tus planes debes tener esto en cuenta. CJE 22.4

Especialmente en lo que se refiere a las relaciones matrimoniales, sé cuidadoso a fin de unirte con alguien que esté contigo hombro a hombro en el crecimiento espiritual. CJE 22.5

Rodolfo, yo quisiera que consideraras todas estas cosas. Dios te ayude a orar sobre este asunto. Los ángeles están observando esta lucha. Te dejo con este asunto para que lo consideres y decidas por ti mismo. CJE 22.6

Ellen G. White

Carta 23, 1886.