Conflicto y Valor

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Amor equivocado, 6 de abril

Éxodo 4:14-16, 27-31.

Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, al cual escogió. Salmos 105:26. CV 102.1

Aarón era un hombre de disposición afable, a quien Dios eligió para estar junto a Moisés y hablar en su lugar... Dios podría haber elegido a Aarón como líder; pero el que conoce los corazones, y comprende el carácter humano, sabía que Aarón era débil y no tenía el valor moral para ponerse de parte de la justicia bajo cualquier circunstancia, sin tomar en cuenta las consecuencias. El deseo de Aarón de ganar la buena voluntad de la gente, algunas veces lo llevó a cometer graves errores... Esa misma falta de firmeza en lo correcto dentro de su familia, causó la muerte de dos de sus hijos... Nadab y Abiú no tuvieron reverencia al mandato de Dios de usar fuego sagrado para quemar incienso en el incensario delante de él... CV 102.2

Aquí tenemos el resultado de una disciplina descuidada. Como los hijos de Aarón no habían sido enseñados a respetar y reverenciar las órdenes de su padre, como no respetaban la autoridad paterna, no comprendían la necesidad de ser estrictos en su obediencia a los requisitos de Dios... Contra la expresa orden de Dios, lo deshonraron ofreciéndole fuego común en vez del sagrado. Dios los castigó con su ira; salió fuego de su presencia y los destruyó. CV 102.3

Aarón soportó su inmenso dolor con paciencia y humilde sumisión. La pena y una agonía profunda lastimaban su alma. Era culpable del descuido de su deber. Era sacerdote del Dios alto, para hacer expiación por los pecados del pueblo. Era sacerdote de su familia, y sin embargo se había inclinado a pasar por alto la insensatez de sus hijos. Había descuidado su deber de disciplinarlos y educarlos en la obediencia, la abnegación y la reverencia por la autoridad paterna. Por sus sentimientos de indulgencia equivocada, falló en moldear sus caracteres en la reverencia por las cosas eternas. Aarón no vio, así como muchos padres cristianos hoy día tampoco ven, que con su amor equivocado y su indulgencia hacia las culpas de sus hijos, los enfrentaría con el seguro desagrado de Dios. Su blanda reprensión, sin un ejercicio firme de la restricción paterna, y su benignidad imprudente hacia sus hijos, eran actos de extrema crueldad. Testimonies for the Church 3:293-295.* CV 102.4