Conflicto y Valor

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Casándose y dándose en casamiento, 30 de enero

Génesis 6:1-8.

En los días antes del diluvio... estaban casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca. Mateo 24:38. CV 36.1

En los días de Noé la fuerza bruta prevalecía en el mundo. Mediante amenazas de castigo, los hombres intimidaban a otros hombres (Manuscrito 29, 1911). CV 36.2

En vez de hacer justicia a sus vecinos, ellos llevaban a cabo sus propios deseos ilícitos. Tenían muchas esposas, lo cual era contrario a la sabia disposición de Dios. En el principio Dios dio a Adán una esposa, para mostrar a todos los que vivirían en la tierra su orden y su ley respecto a esto. La transgresión y caída de Adán y Eva trajo pecado y miseria sobre la raza humana, y el hombre siguió sus propios deseos carnales, cambiando la orden de Dios. Cuanto más multiplicaban los hombres sus esposas, tanto más aumentaba su maldad y desdicha. Si alguno deseaba tomar las esposas, el ganado o cualquier cosa que perteneciera a su prójimo no tenía en cuenta la justicia y el derecho, sino que si podía prevalecer sobre su vecino mediante la razón de la fuerza o matándolo, lo hacía, y se regocijaba en sus actos de violencia. Les complacía destruir las vidas de los animales. Los usaban para alimento, y esto aumentaba su ferocidad y violencia, y les hacía mirar la sangre de los seres humanos con indiferencia sorprendente.—Spiritual Gifts 3:63, 64. CV 36.3

A los descendientes de Set se los llamaba los hijos de Dios; a los descendientes de Caín los hijos de los hombres. Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y al unirse con ellos en matrimonio, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, uniéndose a los hijos de Caín en su idolatría. Muchos desecharon el temor de Dios y hollaron sus mandamientos. Pero había unos pocos que seguían la justicia, que temían y honraban a su Creador. Noé y su familia estaban entre los pocos justos.—The Story of Redemption, 62. CV 36.4

La poligamia se practicó desde tiempos muy antiguos. Fue uno de los pecados que trajo la ira de Dios sobre el mundo antediluviano... Hizo Satanás un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio. Historia de los Patriarcas y Profetas, 350.* CV 36.5