Conflicto y Valor

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Talentos mal usados, 28 de enero

Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro. Génesis 4:21, 22. CV 34.1

En el diluvio perecieron invenciones de arte y habilidad humanas más grandes que las que el mundo conoce en la actualidad. Las obras de arte destruidas eran más grandes que las que se alaban hoy día.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1089. CV 34.2

Mirando al mundo, Dios vio que el intelecto que había dado al hombre estaba pervertido, que su mente maquinaba el mal continuamente. Dios había dado conocimiento a estos hombres. Les había dado ideas valiosas para que llevaran a cabo su plan. Pero el Señor vio que aquellos a quienes había confiado sabiduría, tacto y juicio, estaban usando cada cualidad de la mente para glorificarse a sí mismos. Mediante las aguas del diluvio sacó de la tierra esta raza de hombres longevos, y con ellos pereció el conocimiento que habían usado sólo para el mal. Cuando la tierra se repobló, el Señor confió su sabiduría a los hombres en menor medida, dándoles solamente la habilidad que necesitarían para llevar a cabo su gran plan.—Ibid. CV 34.3

El mundo de hoy tiene mucha satisfacción en hablar del progreso de la época. Pero Dios no se deleita en esto. Puede decirse de los hombres de este tiempo, como de los antediluvianos: “Buscaron muchas perversiones”. En el mundo antediluviano había muchas obras maravillosas de arte y ciencia. Estos descendientes de Adán, recién salidos de la mano de Dios, poseían capacidades y facultades que no se ven hoy en día.—Manuscrito 16, 1898, pp. 1, 2. CV 34.4

Los que vivían antes del diluvio estaban sólo a unos pocos pasos de Dios, el Creador del mundo y de sus habitantes. La larga vida y el gran intelecto dados a esos hombres podrían haberse usado en el servicio de Dios. Pero su vigor intelectual, ese enorme poder, fue pervertido para deshonrar a Dios... CV 34.5

Cuando los hombres se separan de Dios, se colocan bajo el dominio de Satanás. Los talentos han sido dados a los hombres para que se los use al servicio de Dios... Hay sólo un camino seguro para cualquier hombre, y es el camino de la obediencia a un “Así dice Jehová”. Manuscrito 31a, 1898, pp. 9, 10.* CV 34.6