Conflicto y Valor

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El restaurador, 22 de octubre

Lucas 19:1-10.

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10. CV 301.1

“El principal de los publicanos”, Zaqueo, era judío, pero detestado por sus compatriotas. Su posición y fortuna eran el premio de una profesión que ellos aborrecían y a la cual consideraban como sinónimo de injusticia y extorsión. Sin embargo, el acaudalado funcionario de aduana no era del todo el endurecido hombre de mundo que parecía ser. Bajo su apariencia de mundanalidad y orgullo, había un corazón susceptible a las influencias divinas. Zaqueo había oído hablar de Jesús... En este jefe de los publicanos se había despertado un anhelo de vivir una vida mejor... Sintió que era pecador a la vista de Dios. Sin embargo, lo que había oído tocante a Jesús encendía la esperanza en su corazón. El arrepentimiento, la reforma de la vida, eran posibles aun para él... Zaqueo comenzó inmediatamente a seguir la convicción que se había apoderado de él y a hacer restitución a quienes había perjudicado. CV 301.2

Ya había empezado a volver así sobre sus pasos, cuando se supo en Jericó que Jesús estaba entrando en la ciudad. Zaqueo resolvió verle... En presencia de la multitud, “Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, lo vuelvo con el cuatro tanto. Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa...”.—El Deseado de Todas las Gentes, 506-508. CV 301.3

Hay quienes han tenido muy escasas oportunidades, y han transitado por los caminos del error porque no conocían ningún camino mejor, a los cuales les llegarán los rayos de la luz. Como vinieron a Zaqueo las palabras de Cristo: “Hoy es necesario que pose en tu casa”, así vendrá a ellos la palabra; y se descubrirá que aquellos a quienes se suponía pecadores endurecidos tienen un corazón tan tierno como el de un niño porque Cristo se ha dignado tenerlos en cuenta. Muchos se volverán de los más groseros errores y pecados, y tomarán el lugar de otros que han tenido oportunidades y privilegios pero que no los han apreciado. Serán considerados los elegidos de Dios, escogidos y preciosos; y cuando Cristo venga en su reino, estarán junto a su trono. Palabras de Vida del Gran Maestro, 220.* CV 301.4