Conflicto y Valor

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¿Qué hizo grande a Juan el Bautista? 27 de septiembre

Mateo 11:7-15.

De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Mateo 11:11. CV 276.1

¿Qué hizo grande a Juan el Bautista? Negó su atención al cúmulo de las tradiciones presentadas por los maestros de la nación judaica y la dirigió a la sabiduría que viene de lo alto.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 430. CV 276.2

Juan el Bautista no fue hecho idóneo para su elevada vocación de precursor de Cristo mediante el contacto con los grandes hombres de la nación en las escuelas de Jerusalén. Salió al desierto, donde las costumbres y las doctrinas de los hombres no pudiesen moldear su mente y donde pudiese tener comunión con Dios sin ser estorbado.—Fundamentals of Christian Education, 423. CV 276.3

Juan el Bautista era un hombre lleno del Espíritu Santo desde su nacimiento, y si había alguien que podía permanecer sin ser afectado por las influencias corruptoras de la época en la cual vivía, era seguramente él. Sin embargo, no osó confiar en su fuerza; se separó de sus amigos y familiares, para que sus afectos naturales no fueran un lazo para él. No se colocó innecesariamente en el camino de la tentación ni donde los lujos o aun las conveniencias de la vida lo llevaran a buscar la comodidad o a satisfacer su apetito, y a disminuir así su fuerza física y mental... CV 276.4

Se sometió a la privación y a la soledad en el desierto, donde podía preservar el sentido sagrado de la majestad de Dios estudiando su gran libro de la naturaleza... Era una atmósfera calculada para favorecer la formación moral y para mantener el temor del Señor continuamente ante él. Juan, el precursor de Cristo, no se expuso a las malas conversaciones ni a las influencias corruptoras del mundo. Temía el efecto que podían causar sobre su conciencia, que el pecado no le pareciera tan excesivamente pecaminoso. Prefirió tener su hogar en el desierto, donde sus sentidos no se pervertirían por el ambiente. ¿No debiéramos aprender algo de este ejemplo de alguien a quien Cristo honró y de quien dijo: “Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista”? Testimonies for the Church 4:108, 109.* CV 276.5