Conflicto y Valor

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Asa confió en Dios, 16 de julio

2 Crónicas 14.

Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro; porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre. 2 Crónicas 14:11. CV 203.1

La fe de Asa se vio muy probada cuando “Zera etíope con un ejército de mil millares, y trescientos carros” invadió su reino. En esa crisis, Asa no confió en las “ciudades fuertes” que había construído en Judá, con muros dotados de “torres, puertas, y barras”, ni en los hombres “diestros”. El rey confiaba en Jehová de los ejércitos... Mientras disponía a sus fuerzas en orden de batalla, solicitó la ayuda de Dios. CV 203.2

Los ejércitos oponentes se hallaban frente a frente. Era un momento de prueba para los que servían al Señor. ¿Habían confesado todo pecado? ¿Tenían los hombres de Judá plena confianza en que el poder de Dios podía librarlos? En esto pensaban los caudillos. Desde todo punto de vista humano, el gran ejército de Egipto habría de arrasar cuanto se le opusiera. Pero en tiempo de paz, Asa no se había dedicado a las diversiones y al placer, sino que se había preparado para cualquier emergencia. Tenía un ejército adiestrado para el conflicto. Se había esforzado por inducir a su pueblo a hacer la paz con Dios, y llegado el momento, su fe en Aquel en quien confiaba no vaciló, aun cuando tenía menos soldados que el enemigo. CV 203.3

Habiendo buscado al Señor en los días de prosperidad, el rey podía confiar en él en el día de la adversidad. Sus peticiones demostraron que no desconocía el poder admirable de su Dios... CV 203.4

La de Asa es una oración que bien puede elevar todo creyente cristiano... En el conflicto de la vida, debemos hacer frente a los agentes malos que se han desplegado contra la justicia. Nuestra esperanza no se concentra en el hombre, sino en el Dios vivo. Con la plena seguridad de la fe, podemos contar con que él unirá su omnipotencia a los esfuerzos de los instrumentos humanos, para gloria de su nombre. Revestidos de la armadura de su justicia, podemos obtener la victoria contra todo enemigo. La Historia de Profetas y Reyes, 81, 82.* CV 203.5