Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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Toda la familia ha de unirse en el estudio de la Biblia

Padres y madres, os rogamos que asumáis vuestros deberes que por largo tiempo habéis descuidado. Escudriñad las Escrituras por vosotros mismos; ayudad a vuestros hijos en el estudio de la Sagrada Palabra. Haced una obra diligente a causa del descuido pasado. No despidáis a los niños de vuestro lado para que estudien la Biblia por sí mismos, sino leedla con ellos, enseñadles de una manera sencilla lo que sabéis y manteneos en la escuela de Cristo como diligentes estudiantes vosotros mismos. Determinad que esta obra no será descuidada. Madres, vestíos vosotras mismas y vestid a vuestros niños con ropas sencillas, limpias y pulcras, pero sin adornos innecesarios. Cuando aprendáis a hacer esto, a vestiros con escrupulosa sencillez, no tendréis excusa por ser novicios en las Escrituras. Seguid el mandato de Cristo: “Escudriñad las Escrituras;” entonces acrecentaréis vuestra propia fortaleza espiritual y seréis aptos para instruir a vuestros hijos de manera que no necesiten llegar a la escuela sabática sin que se les haya enseñado la lección. COES 21.1

Muchos de los jóvenes dicen: No tengo tiempo para estudiar mi lección. Pero, ¿qué están haciendo? Algunos están usando cada momento para ganar unos pocos centavos más, cuando este tiempo dedicado al trabajo, usado para estudiar la Biblia les ahorraría, si practicaran sus lecciones, más que la suma ganada por el trabajo adicional. Les haría ahorrar mucho dinero que se gasta en ornamentos innecesarios y preservaría el vigor de la mente para comprender el misterio de la piedad. “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.” Pero estos mismos jóvenes que profesan ser cristianos satisfacen los deseos del corazón carnal al seguir sus propias inclinaciones; y el tiempo de gracia concedido por Dios, que les fuera otorgado para que se familiarizaran con las preciosas verdades de la Biblia, es dedicado a la lectura de relatos ficticios. COES 21.2

Este hábito, una vez formado, es difícil de vencer; pero puede y debe vencerse por parte de todos los que son candidatos para el mundo celestial. La mente a la cual se le permite estar absorta en la lectura de historias, se arruina. La imaginación enferma, el sentimentalismo toma posesión de la mente, y hay un vago desasosiego, un extraño apetito de alimento intelectual no saludable, que está constantemente desequilibrando la mente. Miles de los que pueblan hoy en día los asilos de dementes han cosechado su desequilibrio mental por la lectura de novelas, que resulta en la edificación de castillos en el aire y en un sentimentalismo enamoradizo. La Biblia es el libro de los libros. Os dará vida y salud. Es un sedante de los nervios, e imparte solidez a la mente y firmeza de principios. COES 22.1