Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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El Espíritu Santo es esencial para el éxito

Los dirigentes y maestros de la escuela sabática necesitan la dirección e instrucción del Espíritu Santo, para poder ser verdaderos educadores, aptos para inspirar el pensamiento y hacer recordar las cosas que han enseñado a sus alumnos. Es oficio del Espíritu Santo traer a la memoria, de una manera clara y distinta, las palabras y obras de Cristo, para que aquellos que enseñan acerca del Redentor del mundo, tengan el poder de levantar a Cristo ante el entendimiento de sus clases. En todos los arreglos de la escuela sabática se necesita la ayuda del Espíritu Santo, a fin de que sean elegidos hombres y mujeres de Dios para ocupar los puestos de responsabilidad en calidad de dirigentes y maestros. COES 179.1

No es lo mejor tener la escuela siempre bajo la dirección del mismo hombre; porque le dará el molde de su propia mente y de sus ideas personales; debería en cambio haber en la escuela obreros que puedan impartir nuevos pensamientos, y hacer adelantar la escuela en la vida espiritual. Puede ser que la escuela esté apegada a uno que ha servido durante mucho tiempo y fielmente, pero hay que tomar en cuenta el bien de la escuela, antes que las preferencias personales de los maestros o alumnos. Cuando es evidente que un cambio sería provechoso para la escuela, por el advenimiento de obreros que saben lo que es sentir una preocupación por las almas, no se permita que cosa alguna lo impida. Aquellos que no ambicionan ensalzarse a sí mismos, aunque por este arreglo se los cambie de sus puestos, echarán ávidamente mano de todo recurso por el cual se pueda elevar y adelantar a los alumnos de la escuela sabática. Aquellos que son antiguos y expertos en la obra, han aprendido las cosas que ayudarán a fomentar la causa de Dios, y los hombres más jóvenes, que no están adaptados enteramente a la obra, deberían seguir el ejemplo de los hermanos mayores, que han sido fieles en lo que les fué encomendado, y adquirir de esta manera sabiduría y tacto, a fin de poder lograr el éxito esencial para toda buena obra... COES 179.2