Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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Paciencia con los descarriados

Recordad que no podéis leer los corazones. No podéis conocer los motivos que impulsan las acciones que os parecen erróneas. Hay muchos que no han recibido la debida educación; sus caracteres son tortuosos, son duros y retorcidos, y parecen sinuosos en todas formas. Pero la gracia de Cristo puede transformarlos. Nunca los echéis a un lado, nunca los induzcáis al desánimo o a la desesperación diciéndoles: “Usted me ha chasqueado, y no trataré de ayudarlo.” Unas pocas palabras habladas apresuradamente bajo la provocación—precisamente lo que nosotros pensamos que merecen—pueden cortar las cuerdas de la influencia que habría atado sus corazones al nuestro. COES 111.3

La vida consecuente, la paciente tolerancia, el espíritu sereno bajo la provocación, es siempre el argumento más concluyente y el más solemne llamamiento. Si habéis tenido oportunidades y ventajas que no les hayan tocado en suerte a los demás, considerad este hecho y sed siempre maestros sabios, cuidadosos y amables. COES 112.1

A fin de que la cera admita una impresión fuerte y clara del sello, no la golpeáis con el sello en forma apresurada y violenta; colocáis el sello cuidadosamente sobre la plástica cera y en forma tranquila y firme lo apretáis hasta que se haya endurecido en el molde. De la misma manera tratad con las almas humanas. La continuidad de la influencia cristiana es el secreto de su poder, y esto depende de que vosotros perseveréis en la manifestación del carácter de Cristo. Ayudad a los que hayan errado, contándoles lo que os ha ocurrido a vosotros. Mostradles cómo, cuando hicisteis graves errores, la paciencia, la bondad y la disposición a ayudaros manifestada por vuestros colaboradores os dieron valor y esperanza. COES 112.2

Hasta el día del juicio no conoceréis la influencia de una conducta amable y considerada hacia el inconsecuente, el irrazonable o el in merecedor. Cuando nos encontrarnos con ingratitud y traición de sagrados cometidos, somos incitados a manifestar nuestro enojo o indignación. Estas cosas, según lo que espera el culpable, están preparadas para él. Pero la bondadosa tolerancia los sorprende y a menudo despierta sus mejores impulsos, y los induce a llevar una vida más noble.—Testimonies on Sabbath School Work, 116, 117. COES 113.1