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El movimiento de la ley dominical en la década de 18801

Por muchos años hemos aguardado que se promulgue una ley dominical en nuestro país, y ahora que el movimiento está ante nosotros preguntamos: ¿Qué va a hacer nuestro pueblo al respecto? [...]. Debiéramos buscar a Dios en forma especial para que su pueblo reciba ahora gracia y poder. Dios vive, y no creemos que ha llegado plenamente el tiempo cuando él permita que nuestras libertades sean restringidas. EUD 108.4

El profeta vio “a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”. Otro ángel, subiendo desde el este, clamó a ellos a gran voz, diciendo: “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. Esto señala el trabajo que ahora debemos hacer, a saber, clamar a Dios para que los ángeles detengan los cuatro vientos hasta que sean enviados misioneros a todas partes del mundo, y hayan proclamado la advertencia contra los que desobedecen la ley de Jehová.—The Review and Herald, 11 de diciembre de 1888. EUD 109.1