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No todos pueden abandonar las ciudades todavía

Siempre que se pueda, es deber de los padres establecer un hogar en el campo para beneficiar a sus hijos.—El hogar adventista, 125 (1906). EUD 102.4

A medida que transcurra el tiempo, cada vez será más necesario que nuestro pueblo salga de las ciudades. Durante años hemos recibido la instrucción de que nuestros hermanos y hermanas, y especialmente las familias con hijos, deberán planear salir de las ciudades a medida que puedan hacerlo. Muchos tendrán que trabajar laboriosamente para ayudar a abrir el camino. Pero hasta que sea posible salir, durante todo el tiempo que permanezcan en ellas, deberían ocuparse activamente en el trabajo misionero, por muy limitada que sea su esfera de influencia.—Mensajes Selectos 2:413 (1906). EUD 102.5

Está aumentando la maldad en nuestras ciudades y cada vez resulta más evidente que aquellos que permanecen en ellas innecesariamente, arriesgan la salvación de su alma.—Country Living, 9 (1907). EUD 103.1

Ciudades y pueblos están sumidos en el pecado y la corrupción moral, aunque hay hombres como Lot en cada Sodoma.—Joyas de los Testimonios 2:417 (1900). EUD 103.2