Exaltad a Jesús

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Los maestros sostendrán la ley de Dios, 31 de mayo

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma. Salmos 19:7. EJ 159.1

Dondequiera que actuase Esdras, revivía el estudio de las Santas Escrituras. Se designaban maestros para que instruyesen al pueblo; se exaltaba y se honraba la ley del Señor. Se escudriñaban los libros de los profetas, y los pasajes que predecían la llegada del Mesías infundían esperanza y consuelo a muchos corazones tristes y agobiados. EJ 159.2

Han transcurrido más de dos mil años desde que Esdras aplicó “su corazón a la búsqueda de la ley” de Jehová y a “su práctica”, pero el transcurso del tiempo no ha disminuido la influencia de su ejemplo piadoso. A través de los siglos la historia de su vida de consagración inspiró a muchos la determinación de buscar y practicar esa misma ley. Esdras 7:10. EJ 159.3

Los motivos de Esdras eran elevados y santos; en todo lo que hacía era impulsado por un profundo amor hacia las almas. La compasión y la ternura que revelaba hacia los que habían pecado, fuese voluntariamente o por ignorancia, debe ser una lección objetiva para todos los que procuran realizar reformas. Los siervos de Dios deben ser tan firmes como una roca en lo que se refiere a los principios correctos; y con todo han de manifestar simpatía y tolerancia. Como Esdras, deben enseñar a los transgresores el camino de la vida al inculcarles los principios en que se funda toda buena acción. EJ 159.4

En esta época del mundo, cuando, mediante múltiples instrumentos, Satanás procura cegar los ojos de hombres y mujeres para que no vean lo que exige la ley de Dios, se necesitan hombres que harán temblar a muchos ante “el mandamiento de nuestro Dios”. Esdras 10:3. Se necesitan verdaderos reformadores, que conducirán a los transgresores hacia el gran Legislador, y les enseñarán que “la ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma”. Salmos 19:7. Se necesitan hombres poderosos en las Escrituras: hombres que con cada palabra y acción exalten los estatutos de Jehová; hombres que procuren fortalecer la fe. Hay gran necesidad de personas que enseñen e inspiren en los corazones reverencia y amor hacia las Escrituras. EJ 159.5

La iniquidad que prevalece extensamente hoy puede atribuirse en cierta medida al hecho de que no se estudian ni se obedecen las Escrituras; porque cuando la Palabra de Dios es desechada, se rechaza su poder para refrenar las malas pasiones del corazón natural... EJ 159.6

En los últimos días de la historia de esta tierra, la voz que habló desde el Sinaí sigue declarando: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Éxodo 20:3. El hombre opuso su voluntad a la de Dios, pero no puede acallar la voz del mandamiento. El espíritu humano no puede eludir su obligación para con una potencia superior. Pueden abundar las teorías y las especulaciones; los hombres pueden procurar oponer la ciencia a la revelación, y así descartar la ley de Dios; pero la orden se repite cada vez con más fuerza: “ Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás”. Mateo 4:10.—La Historia de Profetas y Reyes, 459-460. EJ 159.7