Fe y Obras

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Enteramente por gracia

La luz que he recibido de Dios coloca este importante tema más allá de todo interrogante en mi mente. La justificación es enteramente por gracia y no se consigue por ninguna obra que el hombre caído pueda realizar. El punto ha sido presentado delante de mí con claridad, que si el hombre rico tiene dinero y posesiones, y los ofrenda al Señor, se introducen ideas falsas que estropean la ofrenda por pensar que merece el favor de Dios, que el Señor está obligado a considerarlo con especial benevolencia en virtud de su donación. FO 18.1

Ha habido muy poca instrucción clara sobre este punto. El Señor le ha prestado al hombre sus propios bienes en depósito -medios que El requiere que le sean devueltos cuando su providencia lo manifieste y la edificación de su causa lo demande. El Señor dio el intelecto. Dio la salud y la capacidad para obtener ganancias terrenales. Creó las cosas de la tierra. Manifiesta su poder divino para desarrollar todas sus riquezas. Son sus frutos, de su propia labranza. El dio el sol, las nubes, las lluvias, para hacer que la vegetación floreciera. Como siervos empleados por Dios, ustedes recogieron en su mies a fin de satisfacer sus necesidades de una manera económica y conservar el saldo a disposición de Dios. Pueden decir con David: “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”. 1 Crónicas 29:14. Así que la satisfacción del mérito de la criatura no puede consistir en devolver al Señor lo que es suyo, porque siempre fue su propiedad para ser usada según El en su providencia lo indicara. FO 18.2