Fe y Obras

63/79

La prueba de toda doctrina

El profeta declara una verdad por la cual podemos probar toda doctrina. Dice: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Isaías 8:20. Aunque el error abunda en el mundo, no hay razón para que los hombres permanezcan en el engaño. La verdad es clara, y cuando se la compara con el error, se puede discernir su carácter. Todos los súbditos de la gracia de Dios pueden comprender lo que se requiere de ellos. Mediante la fe podemos conformar nuestras vidas a la norma de justicia, porque podemos apropiarnos de la justicia de Cristo. FO 100.1

El honesto buscador de la verdad encontrará en la Palabra de Dios la regla para la santificación genuina. El apóstol dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu... Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros”. Romanos 8:1-9. FO 100.2