Fe y Obras

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La porción del vencedor

¿No tuvo nuestro Salvador algo que vencer? ¿No libró la batalla con el príncipe de las tinieblas hasta que fue vencedor en cada punto? Entonces dejó la obra directamente en las manos de sus seguidores. Tenemos algo que hacer. ¿Acaso no tenemos la porción del vencedor, para trabajar en pos de la victoria y obtenerla? ¿No hemos de proseguir paso a paso en conocer al Señor, hasta que veamos que como el alba está dispuesta su salida? Su luz brillará hasta que lleguemos a la luz más brillante. Al suplicar al Dios del cielo, ustedes la captarán y proseguiran y recogerán luz más brillante de los oráculos de Dios. FO 75.4

Jacob cayó en la trampa. Defraudó a su hermano por la primogenitura. Al luchar con Cristo, sus pecados se presentaron ante él. Y el ángel luchó con él y le dijo: “Déjame”; y Jacob respondió: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26. FO 76.1

¿Harán ustedes eso? ¿Lucharán con Dios en esta reunión hasta saber que El se revela a ustedes? Hay pecados que afligen sus almas; sus pecados los agobian. ¿Dirán: “Ahora, Señor, debo tener el perdón escrito enfrente de mi nombre”, y lucharán y alegarán con Dios, apoyándose en la justicia de Cristo? “El debe salvar; yo creo en El; le tomo la palabra”. Ahora, hermanos, ¿qué haremos? FO 76.2

Jacob obtuvo la victoria, y ese día le fue cambiado el nombre. Fue cuando él prevaleció con Dios. Estoy tan agradecida de que Dios ha preparado un camino para que podamos tener plena y gratuita salvación. No necesitamos mirar las tinieblas que Satanás arroja en nuestra senda. El quisiera eclipsar a nuestra vista el cielo, y a Jesús, y la luz y el poder del cielo, y nosotros seguimos hablando del poder de Satanás. Pero no necesitamos hablar de eso. Isaías lo presenta de esta manera: “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Isaías 9:6. ¿No está eso diciendo que yo y mi Padre somos uno? FO 76.3

Dios nos ayude, hermanos, a despertar y sacudirnos ahora, para hacer tanto como el paralítico, tanto como el lisiado de Betesda y tanto como el hombre con el brazo tullido. Ellos hicieron exactamente lo que se les indicó. Dios nos ayude a creer en el Hijo de Dios y que El puede salvarnos hasta lo sumo, y tendremos vida eterna. FO 76.4

Pero muchos de ustedes actúan como si no hubiera suficiente vitalidad en sus almas para responder a la verdad. Algunos de ustedes actúan como si pensaran que Jesús estuviese encerrado en el sepulcro nuevo de José. El no está allí. Ha resucitado, y hoy tenemos un Salvador viviente que está intercediendo por nosotros. FO 77.1

Entonces hablen de su amor, hablen de su poder, alábenlo. Si tienen voz para decir cosa alguna, hablen de Dios, hablen del cielo, hablen de la vida eterna. He oído a personas que en sus hogares hablan en voz tan alta que sus vecinos pueden escucharlos, pero que en las reuniones se levantan y musitan unas pocas palabras que no se alcanzan a entender. Ustedes quieren mostrar que han estado aprendiendo en la escuela de Cristo y que han estado progresando. “Con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. Romanos 10:10. ¿Cuántos creen en las verdades que han escuchado hoy? ¿Quieren esperar algunos meses antes de reconocer que hay luz en ellas? ¿Quieren detenerse a razonar punto por punto? Morirán antes de que llegue ese momento. FO 77.2