Fe y Obras

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Nadie será salvado en la indolencia

Ahora bien, nosotros queremos esa fe. Pero ¿será el hombre salvado en la indolencia? ¿Puede ser salvado sin hacer nada? ¡Jamás, jamás! El debe ser un colaborador de Jesucristo. No puede salvarse a sí mismo. “Nosotros somos colaboradores de Dios” 1 Corintios 3:9. ¿Y cómo es esto? Todo el cielo está trabajando para elevar a la raza humana de la degradación del pecado. Todo el cielo está abierto para los habitantes de la tierra. Los ángeles de Dios son enviados a ministrar a los que han de ser herederos de salvación. “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13. FO 72.2

Y es esa fe que obra la que ustedes quieren. ¿De qué manera obra? Obra por amor. ¿Qué amor? Pues, el amor que fulgura de la cruz del Calvario. Se levanta a mitad de camino entre la tierra y el cielo, y la salvación se obtiene mirando a esta cruz. El Padre la aceptó, y la hueste angélica se allegó hasta esa cruz, y Dios mismo se inclinó aceptando el sacrificio. Satisface la exigencia del Cielo, y el hombre puede ser salvo por medio de Jesucristo, si sólo tiene fe en El. El hombre es reconciliado con Dios, y Dios con el hombre, mediante el sacrificio pleno y perfecto y completo. FO 72.3

Ahora bien, hermanos, queremos fe; queremos educar el alma en la fe; queremos que cada paso sea un paso de fe. Queremos fe en este sacrificio que ha sido hecho por nosotros. “La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron”. Salmos 85:10. Ahora, cuando vemos un rayo de luz queremos hacerlo nuestro. El diablo está trabajando contra esto todo el tiempo. Jesucristo en la cruz del Calvario da testimonio de la fe que obra por amor. Es el amor que El ha manifestado por mi alma. Cristo ha muerto por mí. El me ha adquirido a un costo infinito, y ha expiado todo lo que es ofensivo a Dios. Debo ser un colaborador suyo. Debo tomar su yugo sobre mí. Debo llevar el yugo de Cristo. Debo levantar sus cargas. Debo enseñar a otros cómo elevarse del estado pecaminoso en que me hallaba, y cómo asir por medio de una fe viva la justicia que es en Cristo Jesús. Esa es la única manera como el pecador puede ser salvado. FO 72.4