Fe y Obras

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La respuesta al lisiado de Betesda

Allí estaba el lisiado, y cuando Cristo le habló, el hombre le contó la triste historia de cómo, en cuanto se disponía a descender al agua para ser sanado, otro descendía antes que él. Cristo le preguntó: “¿Quieres ser sano?” Juan 5:6. ¡Qué pregunta! Por ese motivo estaba allí; pero Cristo quería suscitar en el corazón de ese hombre la expresión del deseo de ser sanado. Y cuando Cristo le mandó que se levantara, tomara su lecho y caminase, hizo exactamente lo que Cristo le indicó que hiciera. No dijo: “¡Qué, he estado aquí treinta años y no he dado un paso en todo ese tiempo!” No se detuvo a argumentar, sino que hizo exactamente lo que se le ordenó. Tomó su lecho y caminó, y fue sanado a partir de ese momento. FO 68.2

Esta es la fe que necesitamos. Pero si tú te detienes a explicar cada cosa y a razonar cada punto, morirás en tus pecados, porque nunca estarás satisfecho. FO 68.3