Hijas de Dios

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Capítulo 14—La modestia de la mujer cristiana

Las vidas de aquellos que están conectados con Dios esparcen la fragancia de su amor y bondad. El dulce sabor de Cristo los rodea. Su influencia eleva y bendice. Son árboles que dan fruto. Los hombres y las mujeres de esta clase de carácter, rinden un servicio práctico en actos de bondad, y en labor sistemática y fervorosa.—The Review and Herald, 24 de agosto de 1886.

Reserva y modestia—Los que profesan la religión de Cristo no se rebajen a tener conversaciones frívolas, a manifestar familiaridades con mujeres, ya sean casadas o solteras. Que se mantengan en su lugar debido con toda dignidad. Al mismo tiempo deben ser sociables, bondadosos y corteses con todos. Las jovencitas debieran manifestar reserva y modestia. No debieran dar ocasión para que se hable mal de ellas [...]. Los que dan evidencias de que sus pensamientos corren por un canal inferior, cuya conversación tiende a ser corrupta antes que elevadora, debieran ser eliminados de inmediato de la institución, porque ciertamente desmoralizarán a otros.—Consejos sobre la salud, 292 (1885). HD 153.1

Menos audacia—Según la luz que me ha dado el Señor, nuestras hermanas debieran comportarse de otro modo. Debieran ser más reservadas, menos atrevidas, y fomentar entre ellas “pudor y modestia”. 1 Timoteo 2:9. Tanto los hermanos como las hermanas se complacen en mantener charlas demasiado joviales cuando están juntos. Mujeres que profesan santidad participan en demasiadas bromas, chistes y risas. Esto es impropio y entristece al Espíritu de Dios. Estas exhibiciones revelan una falta del verdadero refinamiento cristiano. No fortalecen el alma en Dios, sino acarrean gran oscuridad; alejan a los puros y refinados ángeles celestiales y rebajan a un nivel inferior a los que practican estos errores lamentables.—Testimonies for the Church 2:405 (1870). HD 154.1

Proteger la virtud—Os ruego que como seguidoras de Cristo, con una exaltada profesión de fe, fomentéis la preciosa e inestimable gema de la modestia. Esta protegerá la virtud [...]. El Espíritu del Señor me impulsa a urgir a mis hermanas que profesan piedad a ser modestas en su apariencia y a actuar con un apropiado recato, con pudor y sobriedad [...]. He preguntado: ¿Cuándo actuarán con corrección las hermanas jóvenes? Sé que no habrá un progreso decisivo hasta que los padres se den cuenta de la importancia de poner más cuidado en educar a sus hijos correctamente. Enseñadles a actuar con recato y modestia.—Testimonies for the Church 2:407-409 (1870). HD 154.2

La influencia de libros y figuras impuras—Muchos de los jóvenes están deseosos de leer. Leen todo lo que les llega a sus manos. Las emocionantes historias de amor y las figuras impuras tienen una influencia corruptora. Muchos se dedican a leer novelas con avidez y como resultado, su imaginación se contamina. Fotografías de mujeres desnudas frecuentemente circulan para la venta [en los vagones de ferrocarril]. Además, estas desagradables fotografías también se encuentran en salones de fotografía, y cuelgan de las paredes de los locales que venden grabados. Esta es una era rebosante de corrupción. Los placeres de la vista y las pasiones corruptas se estimulan por la observación y la lectura. El corazón se corrompe por medio de la imaginación. La imaginación se complace en contemplar escenas que despiertan las pasiones más bajas e inferiores. Estas imágenes viles, vistas a través de la imaginación contaminada, corrompen la moral y preparan a los engañados y embelesados seres a dar rienda suelta a sus pasiones concupiscentes. Luego siguen pecados y crímenes que arrastran a seres formados a la imagen de Dios a nivel de bestias, sumergiéndolos al final en la perdición.—Testimonies for the Church 2:365-366 (1870). HD 154.3

Satanás logra éxito en cautivar las mentes de la juventud—La corruptora doctrina que prevalece, la cual sostiene que, desde el punto de vista de la salud, los sexos deben juntarse, ha llevado a cabo su obra maligna. Cuando los padres y los tutores manifiesten un décimo de la sagacidad que posee Satanás, entonces podrá ser casi inofensiva esta asociación de sexos. Como están las cosas, Satanás logra el mayor éxito en su esfuerzo de cautivar las mentes de la juventud; y la asociación de jovencitos y niñas solo aumenta el mal veinte veces. Que los jovencitos y las niñas se ocupen de un trabajo útil. Si están cansados tenderán menos a corromper sus propios cuerpos. No hay esperanza para la juventud, a menos que haya un cambio completo en la mente de los mayores. Los caracteres de los jóvenes y las señoritas llevan la impronta del vicio, y sin embargo, ¿qué se hace para detener el avance de este mal? Se permite y se insta a los adolescentes y a los jóvenes a tomarse libertades haciendo proposiciones indecentes a las niñas y a las jóvenes. Es mi oración que Dios despierte a los padres y a las madres para que se ocupen seriamente en cambiar este estado de cosas.—Testimonies for the Church 2:429 (1870). HD 155.1