Hijas de Dios

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Es esencial enseñar labores útiles

Jesús, ejemplo de un trabajador perfecto—En su vida terrenal fue Cristo un ejemplo para toda la familia humana y en el hogar fue obediente y útil. Aprendió el oficio de carpintero y con sus propias manos trabajó en el pequeño taller de Nazaret [...]. La Biblia dice de Jesús: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él”. Lucas 2:40. A medida que trabajaba, durante su infancia y juventud, su mente y su cuerpo se desarrollaban. No empleó sin miramiento sus fuerzas físicas, sino que les proporcionó una clase de ejercicio tal como para mantenerlas en buen estado, a fin de poder hacer el trabajo mejor en cualquier línea. No quería ser defectuoso ni aun en el manejo de las herramientas. Era perfecto como obrero y era perfecto en cuanto al carácter.—La Educación Cristiana 352-353 (1896). HD 207.1

Las mujeres deben adquirir conocimiento de los deberes del hogar—Algunas damas consideradas bien educadas y graduadas con honores en alguna institución académica, son vergonzosamente ignorantes de los deberes prácticos de la vida. No tienen la preparación necesaria para dirigir correctamente una familia, cuando esto es tan esencial para la felicidad familiar. Pueden hablar del nivel elevado de la mujer y de sus derechos, pero se quedan muy por debajo del verdadero nivel de una mujer. HD 208.1

Es el derecho de cada hija de Eva tener un conocimiento completo de los deberes del hogar, y recibir entrenamiento en cada aspecto de las labores domésticas. Cada señorita debiera ser educada de tal manera que si fuera llamada a cumplir la posición de esposa y madre, estará en condiciones de presidir como una reina en sus dominios. Debiera ser plenamente competente para instruir a sus hijos y dirigir a los sirvientes, o a realizar las tareas con sus propias manos. HD 208.2

Toda mujer necesita conocer los mecanismos del cuerpo humano, y los principios de higiene, de dieta y vestimenta, de trabajo y recreación, y de muchos otros que están íntimamente ligados al bienestar de la familia. Es su derecho obtener un conocimiento de los mejores métodos de tratar la enfermedad para poder atender a sus hijos enfermos, en lugar de dejar sus preciosos tesoros en manos de enfermeras y médicos desconocidos. HD 208.3

La idea de que la ignorancia en las labores útiles es una característica esencial de una verdadera dama o de un caballero, es contraria al plan de Dios para la creación del hombre. La ociosidad es un pecado, y la ignorancia de los deberes comunes de la vida es el resultado de una insensatez que después producirá amplia ocasión para arrepentirse amargamente.—The Signs of the Times, 1 de junio de 1877. HD 208.4