Hijos e Hijas de Dios

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Paciencia, 22 de marzo

Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Hebreos 10:36. HHD 90.1

Las vidas de algunos carecen de paz y alegría porque nunca salen del círculo del yo. Siempre están requiriendo la simpatía de los demás. Si trataran de ver cuán útiles pueden ser, y quisieran pronunciar palabras de amor y de ánimo, sus almas, secas y tristes ahora, se convertirían en un jardín bien regado. HHD 90.2

Debéis aprender en la escuela de Cristo preciosas lecciones relativas a la paciencia. No os desaniméis, sino por el contrario manteneos trabajando con toda humildad. Esta os acercará a Jesús; os inducirá a estudiar el Modelo. Necesitáis trabajar como Jesús lo hizo.—The Youth’s Instructor, 4 de mayo de 1886. HHD 90.3

Cuando ellos [los niños y jóvenes] pierden el dominio propio y dicen palabras coléricas, una actitud de silencio es a menudo la mejor conducta, en vez de recurrir a reproches, disputas o condenación. Pronto vendrá el arrepentimiento. El silencio, que es de oro, será muchas veces más eficaz que todas las palabras que se pudieran decir. HHD 90.4

Cuando los demás manifiestan impaciencia e irritación, y se quejan porque su yo no ha sido subyugado, empezad a cantar algunos de los himnos de Sión. Mientras Cristo trabajaba en su banco de carpintero, se veía a veces rodeado de otras personas, que procuraban impacientarle; pero él entonaba algunos de los hermosos salmos, y antes de que los demás se dieran cuenta de lo que hacían, cantaban con él, como bajo la influencia del poder del Espíritu Santo que se sentía allí.—El hogar adventista, 402 (1894). HHD 90.5