Hijos e Hijas de Dios

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Sencillez, 20 de marzo

Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 2 Corintios 11:3. HHD 88.1

Quienquiera observe sencillez en todos sus hábitos, domine el apetito y controle las pasiones, podrá conservar fuertes, activas y vigorosas sus facultades mentales, rápidas para percibir todo lo que demande pensamiento y acción, sensibles para discriminar entre lo santo y lo profano, y listas para dedicarse a toda empresa que redunde en gloria de Dios y en beneficio de la humanidad.—The Signs of the Times, 29 de septiembre de 1881. HHD 88.2

Los niñitos deberían ser educados con sencillez infantil. Debería enseñárseles a conformarse con los deberes sencillos y útiles y los placeres e incidentes naturales a sus años. La niñez corresponde a la hierba de la parábola, y la hierba tiene una belleza peculiar. No se debería forzar en los niños el desarrollo de una madurez precoz, sino que se debería tratar de conservar, tanto tiempo como fuera posible, la frescura y gracia de sus primeros años. Cuando menos afectada por la excitación artificial y más en armonía con la naturaleza, más favorable será para el vigor físico y mental, y la fuerza espiritual. HHD 88.3

Los padres, mediante su ejemplo, deberían estimular la formación de hábitos de sencillez, y alejar a sus hijos de la vida artificial para conducirlos a la vida natural.—Conducción del Niño, 127. HHD 88.4