Hijos e Hijas de Dios

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Es santa, justa y buena, 3 de febrero

De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. Romanos 7:12. HHD 42.1

Como supremo Gobernante del universo, Dios ha establecido leyes para el gobierno no sólo de todos los seres vivientes, sino de todas las operaciones de la naturaleza. Todo, grande o chico, animado o inanimado, está sometido a leyes fijas que no pueden pasarse por alto. No hay excepciones a esta regla; porque nada que haya hecho la Mano divina ha sido olvidado por la Mente divina... Solamente al hombre, la obra culminante de su creación, le ha dado Dios conciencia para comprender los requerimientos sagrados de la ley divina, y un corazón capaz de amarla como santa, justa y buena; y del hombre se requiere pronta y perfecta obediencia.—The Signs of the Times, 15 de abril de 1886. HHD 42.2

Este prohíbe toda opresión de parte de los padres y toda desobediencia de parte de los hijos. El Señor abunda en bondad, misericordia y verdad. Su ley es santa, justa y buena, y debe ser acatada por padres e hijos. Los preceptos que han de regir la vida de padres e hijos proceden de un corazón rebosante de amor, y la rica bendición de Dios descansará sobre los padres que apliquen su ley en sus hogares y sobre los hijos que la acaten. Se ha de sentir la influencia combinada de la misericordia y la justicia. “La misericordia y la verdad se encontraron: la justicia y la paz se besaron”. Las familias así disciplinadas andarán en el camino del Señor, para obrar justicia y juicio.—El hogar adventista, 279 (1894). HHD 42.3