Hijos e Hijas de Dios

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Apéndice

La tierra nueva

Entonces vi una nueva tierra (¡sin mares!) y un cielo nuevo, porque la tierra y el cielo que conocemos desaparecieron. Y yo, Juan, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de donde estaba Dios. Tenía la apariencia gloriosa y bella de una novia en noche de boda. HHD 375.1

Oí entonces que una potente voz gritaba desde el trono: HHD 375.2

—La casa de Dios está ahora entre los hombres, y El será su Dios. El les enjugará las lágrimas, y no habrá muerte ni llanto ni clamor ni dolor, porque éstos pertenecen al pasado. HHD 375.3

Apocalipsis 21:1-4 (V. Viviente).