Hijos e Hijas de Dios

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Venced al mundo por la fe, 8 de diciembre

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4. HHD 351.1

Satanás presenta hoy las mismas tentaciones que presentó a Cristo, nos ofrece los reinos de este mundo a cambio de nuestro homenaje. Pero las tentaciones de Satanás no tienen poder sobre aquellos que consideran a Jesús el Autor y Consumador de su fe. No puede hacer pecar a quien acepta por fe las virtudes de Aquel que fue tentado en todo como nosotros, pero que fue sin pecado. HHD 351.2

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. El que se arrepiente de su pecado y acepta el don de la vida del Hijo de Dios, no puede ser vencido. Aferrándose por fe de la naturaleza divina llega a ser un hijo de Dios. Ora, cree. Cuando es tentado y probado, reclama el poder que da Cristo en virtud de su muerte, y vence por medio de su gracia. Cada pecador necesita comprender esto. Debe arrepentirse de su pecado, debe creer en el poder de Cristo, y aceptar ese poder, que salva y guarda de pecado.—The Review and Herald, 28 de enero de 1955. HHD 351.3

El cristiano no puede conservar sus hábitos pecaminosos y acariciar sus defectos de carácter, sino que debe reformarse por la renovación de su entendimiento, hasta lograr la similitud divina. Cualquiera sea la naturaleza de vuestros defectos, el Espíritu del Señor os capacitará para percibirlos, y se os dará gracia para que puedan ser vencidos. Por medio de los méritos de la sangre de Cristo vosotros podéis ser vencedores, sí, más que vencedores... HHD 351.4

El cielo es de mayor valor para nosotros que cualquier otra cosa, y si perdemos el cielo, hemos perdido todo.—Manuscrito 88, 1894. HHD 351.5