Hijos e Hijas de Dios

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Elevemos las normas, 27 de julio

Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. Isaías 62:10. HHD 217.1

Las perplejidades aumentarán; pero nosotros, como creyentes en Dios, afirmémonos mutuamente. No rebajemos la norma, sino que mantengámosla elevada, mirando al Autor y Consumador de nuestra fe.—Carta 2, 1912. HHD 217.2

Que la verdad para este tiempo sea recibida cordialmente y se constituya en la base del carácter, y produzca firmeza de propósitos, que no puedan influenciar las atracciones del placer, las veleidades de la moda, el desprecio de los amadores del mundo, y los mismos clamores de complacencia propia que eleva el corazón... Tenemos ilustraciones notables del poder sustentador del principio religioso firme. Ni aun el temor a la muerte podía obligar al desfalleciente David a beber del agua de Belén, para obtener la cual varios valientes habían arriesgado la vida. Los feroces leones no podían impedir que Daniel continuara con sus oraciones cotidianas, ni tampoco pudo el homo de fuego inducir a Sadrac y sus compañeros a arrodillarse delante del ídolo que había erigido Nabucodonosor. Los jóvenes de principios firmes menospreciarán el placer, desafiarán al dolor, y harán frente incluso al foso de los leones y al horno de fuego recalentado, antes que ser desleales a Dios.—Testimonies for the Church 5:43. HHD 217.3