Hijos e Hijas de Dios

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Una conducta santa, 22 de junio

Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. 1 Pedro 1:15. HHD 182.1

Donde el corazón está purificado y refinado, y está listo para la morada interior del Espíritu Santo, la lengua será santificada para gloria de Dios... Podéis rodear vuestra alma con una atmósfera semejante a las brisas del Edén celestial. Abrid vuestro corazón al Señor Jesús. Guardad vuestra lengua. No dejéis que vuestra lengua corra al azar entre chistes y bromas. Esto significa que vuestro corazón necesita ser purificado de su contaminación... HHD 182.2

Educaos para que vuestro rostro sea lo más placentero posible, y poned toda la dulzura y la melodía posibles en vuestra voz.—The Youth’s Instructor, 13 de junio de 1895. HHD 182.3

La voz y la lengua son dones de Dios, y si se los usa correctamente, son un poder en favor de Dios. Las palabras significan mucho. Pueden expresar amor, devoción, alabanza, melodía a Dios, u odio y venganza. Las palabras revelarán los sentimientos del corazón. Pueden ser sabor de vida para vida o de muerte para muerte. La lengua es un mundo de bendición o un mundo de iniquidad. HHD 182.4

Se ve a algunos salir de su diaria comunión con Dios revestidos de la mansedumbre de Cristo. Sus palabras no son semejantes a un granizo devastador, ni aplastan todo lo que encuentran. Salen dulcemente de sus labios. Esparcen semillas de amor y bondad a lo largo de su senda, y todo ello inconscientemente porque Cristo mora en el corazón. Su influencia se siente más de lo que se ve.—The S.D.A. Bible Commentary 3:1159. HHD 182.5

Del corazón y los labios santificados fluirán palabras amables, tiernas y compasivas.—Carta 15, 1892. HHD 182.6