La Educación Cristiana

133/201

La relación entre el cristianismo y el esfuerzo humano

Las cosas de la tierra están íntimamente relacionadas con el cielo, y más directamente bajo la vigilancia de Cristo de lo que muchos piensan. Todos los inventos y perfeccionamientos correctos tienen su fuente en Aquel que es admirable en consejo y excelente en su obra. El toque hábil de la mano del médico, su poder sobre los nervios y los músculos, su conocimiento del delicado mecanismo del cuerpo es la sabiduría del poder divino, que ha de emplearse en favor de los dolientes. La habilidad con que el carpintero usa sus herramientas, la fuerza con que el herrero golpea el yunque, provienen de Dios. En cualquier cosa que hagamos, dondequiera que estemos colocados, él desea controlar nuestra mente a fin de que hagamos un trabajo perfecto. ECR 317.2

El cristianismo y los negocios debidamente comprendidos no son cosas separadas sino una sola. La religión de la Biblia ha de introducirse en todo lo que hagamos y digamos. Los agentes humanos y los divinos han de combinarse en las realizaciones temporales tanto como en las espirituales. Han de unirse todas las actividades humanas en los trabajos mecánicos y agrícolas, en las empresas mercantiles y científicas. Hay un remedio para la indolencia; consiste en desechar la pereza como un pecado que conduce a la perdición, y dedicarse al trabajo usando con resolución y vigor la capacidad física que Dios nos ha dado. La única cura para una vida inútil y deficiente es el esfuerzo resuelto y perseverante. No se nos ha dado la vida para que la dediquemos a la ociosidad y la complacencia propia; grandes posibilidades hay colocadas delante de nosotros. En su capital de fuerza, se ha confiado un precioso talento a los hombres para que trabajen. Es de más valor que cualquier depósito bancario y debe ser apreciado altamente; porque mediante las posibilidades que ofrece para habilitar a los hombres a vivir una vida feliz y útil, se le puede hacer rendir interés, e intereses compuestos. Es una bendición que no puede ser comprada con oro o plata, casas o tierras; y Dios requiere que la usemos sabiamente. Nadie tiene derecho a sacrificar este talento a la influencia corrompida de la inacción. Todos son responsables tanto por el capital de las fuerzas físicas como por el de los recursos pecuniarios. ECR 317.3

No siempre ganan la carrera los veloces, ni la batalla los fuertes; y los que son diligentes en los negocios no siempre prosperan. Pero “la mano de los diligentes enriquece”. Y mientras la indolencia y la somnolencia agravian al Espíritu Santo y destruyen la verdadera piedad, también llevan a la pobreza y a la necesidad. “La mano negligente hace pobre”. Proverbios 10:4. ECR 318.1

El trabajo juicioso es tónico para la familia humana. Hace fuertes a los débiles, ricos a los pobres, felices a los desgraciados. Satanás está en acecho, listo para destruir a aquellos que en su tiempo libre le dan oportunidad de acercarse a ellos bajo algún disfraz atrayente. Nunca tiene más éxito que cuando se acerca a los hombres en sus horas de ocio. ECR 318.2