La Educación

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El trato honrado en los negocios

“Conoce Jehová los días de los íntegros y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el tiempo de dificultad, y en los días de hambre serán saciados”34. ED 125.8

“El que anda en integridad y hace justicia; el que habla verdad en su corazón [...]. El que aun jurando en perjuicio propio, no por eso cambia”. Isaías 33:15-17. El que camina en justicia y habla lo recto, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir soborno [...], el que cierra sus ojos para no ver cosa mala, este habitará en las alturas [...], se le dará su pan y sus aguas tendrá seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura, verán la tierra que está lejos”35. ED 126.1

Dios ha descripto en su Palabra a un hombre próspero, cuya vida fue un éxito en el sentido más verdadero, hombre al cual el cielo y la tierra se complacían en honrar. Job mismo dice de su vida: ED 126.2

“Así fue en los días de mi juventud,
cuando el favor de Dios protegía mi morada;
cuando aún estaba conmigo el Omnipotente
y mis hijos me rodeaban [...].
“Entonces yo salía a la puerta, a juicio,
y en la plaza hacía preparar mi asiento.
Al verme, los jóvenes se escondían,
los ancianos se levantaban y permanecían en pie,
los príncipes dejaban de hablar
y se tapaban la boca con la mano,
y la voz de los principales se apagaba [...].
“Entonces los que me oían
me llamaban bienaventurado,
y los que me veían testimoniaban a favor mío,
porque yo libraba al pobre que clamaba
y al huérfano que carecía de ayudador.
La bendición del que estaba a punto
de perderse venía sobre mí,
y al corazón de la viuda
yo procuraba alegría.
Iba yo vestido de justicia, cubierto con ella;
como manto y diadema era mi rectitud.
Yo era ojos para el ciego,
pies para el cojo y padre para los necesitados.
De la causa que no entendía,
me informaba con diligencia”36.
“Porque ningún forastero pasaba fuera la noche,
sino que yo abría mis puertas al caminante” “Los que me escuchaban, esperaban [...].
Yo les indicaba su camino
y me sentaba entre ellos como el jefe.
Vivía como un rey en medio de su ejército,
o como el que consuela a los que lloran”.
“La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella”37.
“Las riquezas y la honra están conmigo
—declara la Sabiduría—; riquezas duraderas, y justicia”38.
ED 126.3