La Educación

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Características del maestro

Con frecuencia los maestros no tienen mucho trato social con los alumnos. Manifiestan muy poca simpatía y ternura, y en cambio les sobra la dignidad que caracteriza al juez severo. Aunque el maestro ha de ser firme y decidido, no debe ser exigente ni despótico. Ser rudo y censurador, mantenerse por encima de los alumnos y tratarlos indiferentemente, equivale a cerrar los caminos por medio de los cuales podría influir sobre ellos para bien. ED 251.1

En ninguna circunstancia el maestro debe manifestar parcialidad. Favorecer al alumno simpático y atrayente, y asumir una actitud de crítica, impaciencia y severidad hacia los que más necesitan motivación y ayuda, indica que se tiene un concepto totalmente erróneo de la obra del maestro. El carácter se prueba en el trato con los deficientes e insoportables; y en eso se conoce si el maestro es realmente apto o no para desempeñar su puesto. ED 251.2

Grande es la responsabilidad de los que se encargan de guiar un alma humana. Los padres sinceros lo consideran como un cargo del cual nunca se librarán totalmente. En la vida del niño, desde el primer día hasta el último, se manifiesta el poder de ese lazo que lo liga al corazón de los padres; las acciones, las palabras, hasta la mirada de ellos forman al niño para bien o para mal. ED 251.3

El maestro comparte esa responsabilidad y necesita percatarse constantemente de la santidad de ella y mantener en vista el propósito de su trabajo. No tan solo ha de desempeñar las tareas diarias para agradar a quienes patrocinan la escuela y mantener la reputación de esta; debe considerar el mayor bien de sus alumnos como individuos, los deberes que la vida les va a imponer, el servicio que les requerirá y la preparación que les demandará. La obra que hace día tras día ejercerá sobre sus alumnos—y por medio de estos a otros—, una influencia que no cesará de extenderse y fortalecerse hasta el fin del tiempo. En aquel gran día cuando se revisen ante Dios todas las palabras y todos los hechos, recibirá los frutos de su trabajo. ED 252.1

El maestro que comprenda esto no considerará completa su obra cuando haya terminado la rutina diaria de las clases y los alumnos no estén por un tiempo bajo su cuidado directo. Los llevará en su corazón. El objeto constante de su estudio y su esfuerzo será la forma de asegurar para ellos la norma más elevada que puedan alcanzar. ED 252.2