Liderazgo Cristiano

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Parte 3—Desempeño profesional

Individualidad

El peligro de seguir a los hombres—“Se nos aproxima una gran crisis. Si los hombres se rinden a otros hombres, como ha sido la costumbre durante los últimos quince años, perderán sus propias vidas, y por su ejemplo otros también se perderán. Los soldados de Dios deben vestirse de toda la armadura de Dios. No se nos exige que nos vistamos de armaduras humanas, sino que nos ciñamos con la fortaleza de Dios. Si mantenemos siempre a la vista la gloria de Dios, nuestros ojos serán ungidos con el ungüento celestial, lo que nos capacitará para ver más profundamente, y desde una perspectiva más amplia, lo que es en realidad el mundo. Al mismo tiempo que discernimos su falta de honradez, su picardía, su egoísta servicio al ojo, su fingimiento y jactancia—su falta de un equitativo trato honesto en los asuntos ordinarios de la vida, y su codiciosa avaricia—, podemos asumir la postura, por precepto y ejemplo, de representar a Cristo y rescatar a las personas del mundo por medio de nuestros sanos principios, nuestra firme integridad, nuestro odio de toda simulación y nuestra santa temeridad en reconocer a Cristo”. Carta 4, 1896, p. 13, 15, 16, (1 de julio de 1896, a “Los hombres en posiciones de responsabilidad”). LC 47.1

El juicio individual no es supremo—“Siempre ha habido en la iglesia quienes se inclinan constantemente hacia la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos, especialmente de quienes ocupan los puestos que Dios ha señalado para la dirección de su pueblo. Dios ha investido a su iglesia con especial autoridad y poder, que nadie tiene derecho a desatender y despreciar; porque el que lo hace desprecia la voz de Dios. LC 47.2

“Los que se inclinan a considerar su juicio individual como supremo están en grave peligro. Es un plan estudiado de Satanás separarlos de los que son canales de luz y por medio de quienes Dios ha obrado para unificar y extender su obra en la Tierra. Descuidar o despreciar a quienes Dios ha señalado para llevar las responsabilidades de la dirección en relación con el avance de la verdad, es rechazar los medios que ha dispuesto para ayudar, animar y fortalecer a su pueblo. Cualquier obrero de la causa de Dios que pase por alto a los tales y piense que la luz divina no puede venir por ningún otro medio que directamente de Dios, se coloca en una posición donde está expuesto a ser engañado y vencido por el enemigo”.—Obreros Evangélicos, 459. LC 47.3

Individualidad mal entendida—“Algunos obreros trabajan con toda la fuerza que Dios les dio, pero no han aprendido todavía que no deben trabajar solos. En vez de aislarse, trabajen en armonía con sus colaboradores. A menos que lo hagan, su actividad obrará inoportunamente y de una manera equivocada. Su obra contrarrestará muchas veces lo que Dios quisiera que se hiciese, y así su trabajo será peor que inútil”.—Ibíd. 503. LC 48.1

Métodos individuales de trabajo—“Por otro lado, los dirigentes del pueblo de Dios deben precaverse contra el peligro de condenar los métodos de los obreros que sean inducidos individualmente por el Señor a hacer una obra especial que muy pocos están preparados para hacer. Sean los hermanos que llevan responsabilidades lentos para criticar cualquier actuación que no armonice perfectamente con sus métodos de labor. Nunca deben suponer que todo plan debe reflejar su propia personalidad. No teman confiar en los métodos de otros; porque al privar de su confianza a un colaborador que, con humildad y celo consagrado, está haciendo una obra especial de la manera señalada por Dios, retardan el progreso de la causa del Señor”.—Joyas de los Testimonios 3:407. LC 48.2

Ideas y puntos de vista amplios—“Tengo un mensaje que dar a algunos que ocupan cargos de responsabilidad en la Asociación del Sur de California. A partir de su experiencia se ve que han perdido ese verdadero fervor que concede la presencia del Espíritu Santo, el que les enseñaría a subyugar al yo y a andar humildemente en el camino de Cristo. El obrero que desempeña responsabilidades que no llega a ser un humilde seguidor de Cristo hará mucho daño a la causa de Dios, porque amoldará y adaptará la experiencia de la Asociación a normas comunes y vulgares. La sagrada obra que manejamos, si es realizada con un espíritu de consagración, nunca rebajará la experiencia de una sola persona. LC 48.3

“El hombre que no tenga ideas y puntos de vista amplios es inepto para ser presidente de una Asociación o dirigente en medio del pueblo de Dios. Es el privilegio y deber de los que llevan responsabilidades en la causa ser aprendices en la escuela de Cristo. El profeso seguidor de Cristo no debe seguir los dictados de su propia voluntad; su mente debe estar entrenada para pensar los pensamientos de Cristo, e iluminada para comprender la voluntad y el modo de obrar de Dios. Esta clase de creyente será un aprendiz de los métodos de trabajo de Cristo”. Carta 276, 1907, p. 1, 2, (5 de septiembre de 1907, a J. A. Burden). LC 48.4