Liderazgo Cristiano

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Ejemplaridad

Se mide la influencia—“El cielo está vigilando para ver cómo desempeñan su mayordomía los que ocupan posiciones de influencia. Las demandas que se les hacen como mayordomos se miden por la extensión de su influencia. En su trato con sus semejantes, deben ser como padres: justos, tiernos, veraces. Deben ser semejantes a Cristo en carácter, uniéndose con sus hermanos en los más íntimos vínculos de unidad y compañerismo”.—Obreros Evangélicos, 511. LC 36.1

La palabra y la influencia—“[Una vez que hagamos caso de las sagradas verdades de la Palabra del Señor], el temor de Dios, el sentido de su bondad y su santidad, se propagará en cada institución. Una atmósfera de amor y paz prevalecerá en cada departamento. Toda palabra que se hable, cada obra que se lleve a cabo, tendrá una influencia que corresponda con la influencia del cielo. Cristo habitará en la humanidad y la humanidad habitará en Cristo. No se percibirá en la obra el carácter de hombres finitos, sino el carácter de un Dios infinito. La influencia divina impartida por los santos ángeles impresionará las mentes que se pongan en contacto con los obreros; y de esos obreros emanará una fragante influencia hacia todos los que quieran inhalarla”.—Advent Review and Sabbath Herald, 28 de abril de 1903. LC 36.2

Las bendiciones de las palabras llenas de simpatía—“¡Oh, qué poder puede ejercer una persona convertida, transformada diariamente, para aportar bendiciones y la felicidad a todos los que la rodean! Quienes llevan responsabilidades en las instituciones de Dios deben crecer en gracia y en el conocimiento de las cosas divinas. Deben recordar siempre que el talento del habla les ha sido confiado por Dios para que ayuden y bendigan a otros. Él ha dejado en sus manos la decisión de si hablarán palabras que honren a Cristo, o palabras que serán un estorbo para quienes las escuchen. ¡Oh, qué bendición son las palabras agradables y simpáticas; palabras que estimulan y fortalecen! Cuando se nos pregunta algo, no debiéramos responder con brusquedad, sino con bondad. Puede ser que el corazón del que pregunta esté gravemente afligido por alguna tristeza íntima que tal vez no pueda ser revelada. Y puede que el interrogado no lo sepa, por lo que sus palabras deben ser siempre llenas de bondad y simpatía. Por medio de unas pocas palabras de ayuda, bien escogidas, podrá quitar una pesada carga de la mente de su compañero de trabajo”.—Advent Review and Sabbath Herald, 28 de abril de 1903. LC 36.3

Responsables por los que siguen nuestro ejemplo—“Los dirigentes son responsables no sólo por sus propios errores no santificados, sino también por los errores de quienes siguen su ejemplo. Cuando son amonestados por haber traído principios equivocados a la obra, manifiestan un espíritu perverso, un espíritu que no permite ser corregido ni humillado”. Manuscrito 139, 1903, p. 14, (23 de octubre de 1903, “El mensaje en Apocalipsis”). LC 37.1

“Los que están en puestos de responsabilidad y siguen sus propios caminos, serán tenidos por responsables de los errores de quienes sean extraviados por su ejemplo”.—Advent Review and Sabbath Herald, 14 de septiembre de 1905. LC 37.2

La influencia se refleja en la gente—“Se necesita Nehemías en la iglesia de nuestros días. No solamente hombres que puedan predicar y orar, sino hombres cuyas oraciones y sermones estén imbuidos de un propósito firme y vehemente. El plan de acción seguido por este patriota hebreo en el cumplimiento de sus propósitos debiera ser adoptado por los ministros y dirigentes. Una vez hechos sus planes, debieran presentarlos a la iglesia de tal manera que obtengan interés y cooperación. Que los hermanos entiendan los planes y compartan la tarea, y tendrán entonces un interés personal en su prosperidad. El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías muestra lo que pueden lograr la oración, la fe y la acción sabia y enérgica. La fe viva promoverá la acción enérgica. El espíritu que manifieste el dirigente será en gran parte reflejado por el pueblo. Si los dirigentes que profesan creer las solemnes e importantes verdades que han de probar al mundo en este tiempo no manifiestan ardiente celo en preparar a un pueblo para estar en pie en el día de Dios, no podemos esperar sino que la iglesia sea descuidada, indolente y amante de los placeres”.—Servicio Cristiano Eficaz, 221. LC 37.3