Cada Día con Dios

6/367

Dios me ve, 5 de enero

Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:13. CDCD 11.1

El triunfo de la verdad es posible solamente cuando los obreros llevan consigo conscientemente la permanente presencia de Dios. Deben comprender que cada palabra, cada transacción, tanto en la vida del hogar como en la comunidad, se registra fielmente. Cristo debe dirigir cada plan que se trace y cada esfuerzo que se haga. En cada concilio los miembros debieran hablar y actuar como si el telón estuviera levantado, y se vieran a sí mismos deliberando en la presencia del universo celestial. Porque en realidad las cosas son así: Todo el cielo está observando a los obreros. Al trazar planes para una campaña agresiva, no permitan que el yo sobresalga; debe estar oculto, bien oculto en Cristo... CDCD 11.2

Todo lo que pueda ser sacudido, lo será y lo que no lo pueda ser, permanecerá. CDCD 11.3

El Señor pide la totalidad de nuestro afecto. Si los hombres no se entregan totalmente, fallarán en el día de la prueba. Cuando el enemigo despliegue sus fuerzas contra ellos, y la batalla arrecie, en el momento preciso cuando se necesiten toda la fuerza y la capacidad intelectual, y toda sabiduría y estrategia para rechazar al enemigo, los medio convertidos volverán sus armas contra sus propios compañeros de milicia y debilitarán las manos que debieran ser fuertes para el combate. Dios está probando a todos los que tienen el conocimiento de la verdad a fin de ver si se puede confiar en ellos para librar las batallas del Señor cuando los ataquen acerbamente los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas de este siglo, y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Nos esperan tiempos peligrosos, y nuestra única seguridad consiste en poseer cada día el poder regenerador de Dios y someternos completamente a él para hacer su voluntad y caminar en la luz de su rostro. 1 Pedro 2:9. CDCD 11.4

Ahora, cuando estamos llegando justamente a los límites de la tierra prometida, nadie debe volver a cometer el pecado de los espías infieles... Exageraron todas las dificultades y las convirtieron en obstáculos insuperables... CDCD 11.5

De ese modo transmitieron su incredulidad a toda la congregación.—Manuscrito 6, del 5 de enero de 1892, “Obremos de acuerdo con Cristo”. CDCD 11.6