Cada Día con Dios

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Provocaos al amor, 2 de marzo

Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí. Salmos 39:1. CDCD 68.1

Hijos míos: Velen en oración, y sean cada vez más cuidadosos con respecto a sus palabras y su conducta. “Velad y orad para que no entréis en tentación”. Es poco prudente concederle al enemigo la más mínima ventaja. Hijo mío: Sé caballeroso, y tu influencia sobre tus colaboradores será mayor. Nunca hables imprudentemente. El respeto propio debe impedirte caer en el enojo. Si nos respetamos a nosotros mismos al llevar el yugo de Cristo, decuplicaremos nuestra influencia. CDCD 68.2

La naturaleza humana seguirá siendo la misma, pero puede ser elevada y ennoblecida mediante su unión con la naturaleza divina. Al participar de la naturaleza divina los hombres y mujeres escapan a la corrupción que está en el mundo debido a la concupiscencia. CDCD 68.3

La verdad debe ser practicada para que sea un poder en el mundo. Cuando la verdad mora en el corazón, la experiencia diaria es una revelación del poder dominante de la gracia de Cristo. Nunca mantengan la verdad en el atrio exterior. El Espíritu Santo debe estamparla en el alma... CDCD 68.4

Reverencien a Dios y a su posición adquirida. Cuiden sus modales, porque son representantes de Cristo. Controlen diligentemente sus palabras y trabajen con fervor para que los pecadores se convenzan y se conviertan. Mantengan el corazón en comunión con Dios por medio de la oración. Cuando se les dirijan palabras duras, que no se ajusten a la verdad, no pierdan el dominio propio. Recuerden que “la blanda respuesta quita la ira” (Proverbios 15:1), que el que se domina a sí mismo es mayor que el que toma una ciudad. CDCD 68.5

El verdadero cristiano es caballero. Los que están llenos de amor propio piensan que tienen el privilegio de decir algunas cosas que mejor sería no mencionar. Menos palabras y acciones más amables les ayudarían a ejercer una influencia mejor. Dios afirma: “Porque por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:37. Todas nuestras palabras y acciones, buenas y malas, son examinadas por Dios. ¡Qué solemne pensamiento! CDCD 68.6

La Palabra de Dios nos pide que no nos provoquemos a ira los unos a los otros. Pero hay una provocación que se justifica. Pablo escribe:... “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”. Hebreos 10:24.—Carta 38, del 2 de marzo de 1903, dirigida a Edson y Ema White. CDCD 68.7