Cada Día con Dios

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Cómo podemos librarnos de la culpa, 24 de febrero

Deje el impío su camino, y el hombre inicuo su pensamiento, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Isaías 55:7. CDCD 61.1

Mi querida hermana: Tengo evidencias de que Dios la ama, y que ese precioso Salvador que se dio a sí mismo para que usted pudiera salvarse no la rechaza porque ha sido tentada y ha sido vencida en su debilidad. No permita que su preocupación la separe de los brazos del amante Jesús; por el contrario, entréguese a él con confianza y fe. La ama, la cuida, la bendice y le dará su paz y su gracia. Le está diciendo, “Tus pecados te son perdonados”. Lucas 5:23. Le aseguro que Jesús nos ama aunque erremos y caigamos en la trampa del pecado. Nos perdona hasta lo sumo. Reciba en su alma la dulce promesa de Dios... CDCD 61.2

Aparte su vista de su desdicha y diríjala a la perfección de Cristo. No podemos crear nuestra propia justicia. Cristo tiene en sus manos los puros mantos de la justicia, y nos cubrirá con ellos. Pronunciará dulces palabras de perdón, llenas de sus promesas. Y presenta a las almas sedientas las fuentes de aguas vivas, en las cuales nos podemos refrescar. Nos pide que acudamos a él con todas nuestras cargas, todos nuestros pesares, y hallaremos descanso. Por eso debemos creer... que nos perdona, y debemos mostrar nuestra fe al descansar en su amor... CDCD 61.3

El sentimiento de culpa debe ser depositado a los pies de la cruz del Calvario. La sensación de nuestra pecaminosidad ha contaminado las fuentes de la vida y de la verdadera felicidad. Pero Jesús dice: “Depositadlo todo en mí; yo tomaré vuestro pecado y os daré paz. No destruyáis por más tiempo vuestra propia dignidad porque os he comprado con el precio de mi propia sangre. Sois míos; fortaleceré vuestras voluntades debilitadas; disiparé vuestro remordimiento”. Entonces vuelva su corazón agradecido, que tiembla de incertidumbre, y aférrese de la esperanza que se le propone. Dios acepta su quebrado y contrito corazón. Le ofrece ampliamente su perdón. Le ofrece adoptarla en el seno de su familia, y ayudarla con su gracia en su debilidad, y el amante Jesús la guiará paso a paso, con tal que usted ponga su mano en la de él y le permita que la guíe. CDCD 61.4

Busque las preciosas promesas de Dios. Si Satanás la asedia con sus amenazas, apártese de ellas y aférrese de las promesas... Quiera el Señor bendecir, en beneficio de su alma, estas pocas palabras que me ha inducido a escribirle.—Carta 38, del 24 de febrero de 1887. CDCD 61.5